Filadelfia.- Durante este tiempo de lucha en nuestro país, nuestros corazones están quebrantados por nuestra gente.

A través de nuestras oraciones y voces como clérigos, le estamos pidiendo a Dios que toque los corazones de nuestros jóvenes que están desahogando su ira y angustia de una manera que no genera los cambios que necesitamos en la sociedad. Muchos grupos diferentes, incluidos foráneos y nuestra propia gente, están causando destrucción en nuestros vecindarios a través de la devastación y el saqueo: la violencia debe detenerse.

Se necesitan cambios significativos dentro de nuestros gobiernos municipales, estatales y federales. Estos sistemas han perpetuado continuamente la opresión racial y la desintegración de nuestras comunidades. Mientras oramos por el fin de la violencia, también le pedimos a Dios que promueva la justicia para George Floyd y otros tantos que han sido agraviados, y que traiga sanidad a nuestra tierra.

Tenemos la esperanza de que cada persona que desee ver el cambio se organice para crear ese cambio a través del proceso democrático y la protesta pacífica. Solo entonces podemos esperar ver una transformación duradera de las estructuras que han llevado a la inequidad racial y la injusticia, y así evitar un sufrimiento más profundo.

Permitamos juntos denunciar la injusticia, definir los cambios que necesitamos y luchar por el cambio. Cuando nos unimos, organizamos y luchamos juntos, podemos crear un mejor mañana. Únete a nosotros u organízate con otros. Nos uniremos a ti para impulsar una mejor forma de vida para nuestra gente.

Creemos y oramos para salir de esta violencia y destrucción con la voluntad de unirnos y desarrollar planes reales y efectivos para arreglar las áreas fracturadas de nuestra sociedad.

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