La turbulenta Afganistán, la rampante Delta, la insaciable Ida

LLUEVEN CASCADAS Y BALAS

ADRENALINA

El verano del 2021 finaliza con un huracán de tormentas donde vuelan sueños, se revientan promesas, se mueren los incrédulos, y se salvan los que más tienen, porque menos necesitan.

¡Cuanto dolor, cuánta agua, cuanto fuego! El fuego voraz que sigue consumiendo los bosques, pero también el fuego que chispea a la salida de una bala que cumple su misión mortífera, tanto en los montes de las tierras mexicanas, como de las afganas (hermanadas por su altísima producción de opioides). ¡Oh Dios!… olvidaba el fuego que explota, aunque en diferentes cantidades, en pequeños cuerpos de las ciudades de Kabul y de Filadelfia; urbes ahora conectadas por un puente aéreo que transporta sueños que se cumplen.

Vaya bienvenida de la «Ciudad del Amor Fraterno» para los refugiados. Salieron de una tempestad para llegar en medio de otra, pero no, no son del mismo tipo ni ofrecen destinos parecidos.

Bienvenidos a América, el continente de las oportunidades “a según” lo que vayas buscando. Ya lo pudieron ver, después de un día de tornados atípicos en la región, de cascadas de lluvia intermitentes que provocaron inundaciones históricas, el músculo estadounidense resplandece como brilló el sol este 2 de septiembre.

Bienvenidos a los Estados Unidos, donde surgió la ayuda para que los Talibanes se impusieran a los rusos, bienvenidos al país que aloja a los armamentistas del mundo, donde hay matanzas en escuelas, supermercados, cines, iglesias, con armas de alto poder que puede adquirir cualquier desquiciado, basta que sea mayor de edad.

A penas empezaron las añoradas clases presenciales, y ya se cuentan las víctimas mortales que salieron a la escuela y nunca regresaran.

En la Unión Americana se muere más, de violencia, de COVID, de sobredosis, de asesinatos, de suicidios, y, sin embargo, además de las noticias de catástrofes naturales y de sentirse decir que no son bienvenidos, las caravanas de migrantes persisten en su ruta hacia el norte.

El gobierno estadounidense dice querer ir a la raíz de estos éxodos centroamericanos, pero no contemplan que las causas también están en el alto consumo de drogas en sus calles y mansiones, que son producidas en el sur, degenerando aún mas todo lo que viene de un tejido social desintegrado.

Y las personas de a pie, -los que no consumen drogas, ni comida barata, ni otro tipo de servicios que son tan accesibles gracias a los bajos costos del trabajo de los migrantes-  también olvidan que el estilo de vida de esta nación hiperconsumista, es la que ha generado en buena parte la crisis climática, que ya nos empieza a tocar a la puerta, pero que también es parte de los motivos de expulsión de muchas comunidades del sur que han quedado desprovistas, porque la naturaleza también se encaja con los que menos la deben.

A los inconformes luchadores del Triángulo del Norte, se les han sumado los haitianos, que siguen teniendo que escapar de los escombros, pero ahora de los aplastantes maltratos, y de la corrupción e impunidad mexicana.

Si pues, tantas contradicciones dejan un sabor agridulce al mirar y volver a mirar las imágenes de las ultimas horas que se quedan impresas y que reafirman que somos parte del problema y de la solución, que somos víctimas de nosotros mismos, que somos causa y efecto.

Tengo que parar y respirar profundamente varias veces al día y no solo para checar como está mi oxígeno. Quisiera de vez en cuando alejarme de las noticias, pero es mi trabajo y forma parte de mi propósito en esta vida.

Esta por regresar el otoño y no sabemos que se nos depare, sí, lo digo en plural porque desde la primavera del 2020 no siento que esta añeja sensación de incertidumbre la tenga que vivir sin compañía.

Por ahora, desahogo un poco mi propia palabra, que empachada estaba de tanto callar; por ahora libero un poco de esos sentimientos encontrados, que te hacen reflexionar si estas viviendo en coherencia.

A descansar pues, las pausas siempre formaran una parte escencial de las melodías, sobre todo de aquellas que aspiran a ser sinfonías.

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Perla Lara
Originaria de México, es Licenciada en Psicología Social y obtuvo una Maestría en Diálogo Intercultural en Italia. Es trilingüe, y tiene estudios de posgrado en Criminología, Antropología Cultural y Demografía Histórica. Su experiencia en periodismo, como reportera y conductora de radio y televisión, se remonta a inicios de los 90s. Fue directora de Noticias en Televisa, Estado de México. Está especializada en la fuente de salud mental. Actualmente es la editora en jefe de Impacto Media, que además de la página de noticias que se actualizan todos los días, publica semanalmente un periódico comunitario, con base en Filadelfia, Pensilvania.

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