Es sabido que los precios de las materias primas suben durante las guerras y esta vez no es una excepción. Más aún cuando uno de los contendientes es Rusia, el tercer mayor productor de uno de cada 10 barriles de petróleo producidos mundialmente. Además, ambos contendientes, Rusia y Ucrania producen juntos casi 30 por ciento de las exportaciones mundiales de trigo. Por consiguiente, los precios del petróleo han cruzado el umbral de $100 por barril y los precios de la gasolina en Estados Unidos se acercan a $4 por galón. Entretanto en la Bolsa de Comercio de Chicago, la semana pasada, los futuros del trigo aumentaron 5.43 por ciento, el mayor incremento de todas las otras materias primas agrícolas cotizadas.
Para complicar las cosas, la confrontación militar en Europa Oriental está sucediendo cuando la economía mundial está saliendo de la severa caída que le infligió la pandemia, además de estar confrontando presiones inflacionarias que no se veían en 40 años.
Para quienes se acuerdan, la situación actual puede traer recuerdos de otro choque infligido a la economía mundial por el embargo petrolero de mediados de la década de los años setenta. El cual empeoró las crecientes presiones inflacionarias en Estados Unidos, alimentadas por el gasto doméstico y por el financiamiento de la guerra en Vietnam. También cabe recordar que terminar con ese ciclo de estancamiento con inflación, conocido como “estanflación,” requirió someter a la economía estadounidense a la recesión de 1981-1982, la cual finalmente quebró la espiral inflacionaria.
Isaac Cohen es analista y consultor internacional, exdirector de la Oficina de la CEPAL en Washington. Comentarista de economía y finanzas de CNN en Español TV y radio, UNIVISION, TELEMUNDO y otros medios.