Los precios del petróleo superaron $100 por barril la semana pasada, debido al choque de oferta causado por la caída en las importaciones desde Rusia, resultantes de la guerra en Europa Oriental. Sin embargo, durante el fin de semana, el mercado petrolero soportó un choque de demanda el cual empujó hacia abajo los precios, ante la imposición por el gobierno de China de medidas drásticas en Shanghai por el aumento de casos de COVID-19. El lunes, los precios del petróleo cayeron al nivel más bajo en diez días, con la disminución de casi 7 por ciento en el índice global Brent, desde $117 por barril a casi $107.
Las autoridades de Shanghai anunciaron el domingo pasado el cierre en dos fases de la ciudad de 25 millones de habitantes durante los próximos diez días, para frenar la difusión de la variante Omicron. Además de ser la mayor metrópolis, Shanghai es el principal centro financiero, manufacturero y comercial. Por ejemplo, el mayor productor en China de circuitos integrados, o chips para computadoras, está localizado en Shanghai, así como los productores de autos General Motors y Tesla, junto al parque de diversiones de Disney. Además, Shanghai es el núcleo de una región que incluye varias ciudades y dos provincias que contribuyen alrededor de 20 por ciento a la economía del país. Por ende, la caída del precio del petróleo reconoció el potencial de una reducción de demanda en China, el mayor importador mundial de crudo.
Al alivio en la apertura del mercado petrolero, causada por los trastornos en la oferta, contribuyó también el anuncio de conversaciones directas entre los gobiernos de Rusia y Ucrania en Estambul, Turquía.
Cohen es analista y consultor internacional, ex-director de la Oficina de la CEPAL en Washington. Comentarista de economía y finanzas de CNN en Español TV y radio, UNIVISION, TELEMUNDO y otros medios.