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Cada año recordamos abril como el Mes de la Prevención del Abuso Infantil, pero quizá nunca habíamos reconocido tan claramente la importancia de un enfoque comunitario para este objetivo como lo hemos hecho después de vivir un año completo en una pandemia global. Todos hemos aprendido que, para superar tiempos difíciles, debemos apoyarnos y aprovechar la fuerza de nuestros aliados y socios. Es este mismo enfoque, centrado en la comunidad, el que debemos aplicar para prevenir el abuso sexual infantil en Filadelfia y abordar los desafíos sistémicos y generacionales que hacen que los niños sean vulnerables en toda nuestra ciudad.

Primero debemos reconocer que, a pesar de nuestros esfuerzos y las mejores intenciones, los niños continúan reclamando la atención del sistema de bienestar infantil de Filadelfia. El número de casos fluctúa cada año, pero todavía hay demasiadas situaciones que requieren intervención para garantizar la seguridad de los niños y el cuidado de sus familias. Tenemos que trabajar juntos de forma más inteligente.

Adonis Banegas es director ejecutivo de concilio.
Paul Dilorenzo, director ejecutivo interino de la Alianza de Niños de Filadelfia.

La realidad es que muchas organizaciones y agencias comunitarias trabajan con las mismas familias. Es muy probable que una familia conocida por uno de nosotros reciba servicios de al menos otro sistema de apoyo en nuestra red, por lo que continuar construyendo relaciones entre las agencias y desplegar estratégicamente nuestros recursos, no solo ayudará a la familia actualmente en peligro, sino también nos ayudará a abordar los múltiples factores de riesgo de abuso, que son profundos y variados, pero que suelen estar arraigados en la negligencia. Aunque los informes de los medios a menudo destacan los ejemplos más atroces de abuso físico y sexual de niños, la mayoría de los casos que llegan a la atención del sistema son casos de negligencia crónica y persistente.

Los casos de negligencia crónica son duraderos y continúan ingresando al sistema porque las familias enfrentan desafíos extraordinarios. El descuido de los niños es generalmente la punta del iceberg. Estos son casos que, lamentablemente, reflejan problemas mucho más amplios que enfrentan los padres y sus hijos: pobreza, trauma generacional, racismo, abuso de sustancias y trastornos de salud mental y violencia doméstica. Las familias están atrapadas en una red de problemas sociales, económicos y psicológicos que los lleva a la puerta del Departamento de Servicios Humanos de Filadelfia (DHS, en inglés). De hecho, un anterior reporte sobre negligencia infantil crónica revela que es un factor, que probablemente aumentará la probabilidad de un reporte justificado en el futuro.

Una vez que esa familia llega al DHS, se espera que un trabajador social individual los ayude a atravesar la pesadilla de la pobreza, el trauma personal y la desesperanza. Incluso con la ayuda de otras agencias, las tareas son casi descomunales cuando se enfrenta una situación en la que todas las normas de crianza de los hijos se han derrumbado y los adultos enfrentan problemas económicos y psicológicos abrumadores que probablemente no desaparecerán con una intervención a corto plazo. Una situación estabilizada puede no durar mucho, lo que hace que el niño regrese a un escenario de riesgo o daño.

Por eso la prevención es tan importante. Sabemos que cuando apoyamos a las familias antes de que ocurra una crisis, es probable que eviten tocar el fondo. También sabemos que los padres aprecian y utilizarán los servicios que se encuentran en sus propios vecindarios, fáciles de usar, amigables, respetuosos, sin prejuicios y culturalmente competentes. Los programas para padres con niños pequeños son muy populares, al igual que los que brindan servicios tangibles como comida, ropa y refugio. Cuando las familias sienten menos estrés y más apoyo de sus comunidades, es más probable que los niños estén seguros. Filadelfia dedica un mayor nivel de recursos a los programas de apoyo familiar que muchas otras ciudades. Como resultado, ha reducido de manera significativa el número de niños que ingresan al cuidado de acogida temporal. Agencias como la nuestra, Concilio y Filadelfia Childen’s Alliance, también están comprometidas con la prevención de casos de negligencia crónica. En asociación con DHS, nos comprometemos a llegar a las familias antes de que ocurra la próxima crisis y abogamos por la mejora de las condiciones sociales y económicas que agravan aún más los problemas que enfrentan las familias.

Pero si queremos lograr un nivel de éxito aún mayor, en la prevención de los escenarios que conducen al abuso, debemos cuestionar cada parte de nuestra gama actual de servicios para aquellos que son vulnerables. Esto significa examinar cada detalle de cómo apoyamos a las familias. Lo que estamos haciendo ahora tiene un impacto limitado, y nos dejará con una clase permanente de familias que continuarán regresando a nuestras agencias de servicios de protección infantil.

Estamos orgullosos de que se estén logrando avances para mantener a más niños seguros en el hogar con miembros de la familia y en sus propios vecindarios. Pero el camino hacia la prevención total del abuso infantil requerirá que todos seamos creativos y compartamos la responsabilidad colectiva de tener niños seguros en familias sólidas, que vivan en comunidades de apoyo.

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