Como fundador de Intercultural Journeys y ahora fundador y director artístico de ARTolerance, ha dedicado su atención a romper los límites culturales a través de la música. ¿Qué fue lo que le llevó a ese camino? ¿Hubo un momento en que se dio cuenta de que este sería su enfoque como artista?
He aspirado durante mucho tiempo a participar activamente en el acercamiento de las comunidades, especialmente a las que están en conflicto, al tiempo que desarrollaba procesos impactantes y creativos que utilizan las artes como una herramienta para la resolución de conflictos.
Experimentar conflictos en mi tierra natal, en el Medio Oriente, nos ha llevado a mí y a otros artistas a intentar otros enfoques. El deseo abrumador de muchos artistas de contribuir a crear un lenguaje común y compartir narraciones me ha inspirado para hacer de éste mi enfoque artístico.
Para el próximo programa en Esperanza, ha decidido destacar las tradiciones musicales de dos regiones específicas de Asia y América Latina: Corea y Argentina. ¿Cuál fue la inspiración para este programa en particular? ¿Qué elementos siente que conectan las dos tradiciones?
Hay importantes comunidades asiáticas y latinas que conviven en el área de Filadelfia. La música sirve como un colofón, como un elemento central en sus respectivas comunidades, y la oportunidad de compartirla entre sí, al tiempo que descubre elementos en común y elementos únicos para cada cultura, podría tender un puente e inspirar a otros hacia la creación de nuevas conexiones, de nuevas asociaciones. El conjunto especial que se une a ARTolerance demuestra maravillosamente la conexión de estos mundos culturales, con un virtuoso del bandoneón y un percusionista coreanos, y un cantante argentino.