Cada mañana Ana regresa a la escuela secundaria, aquella del barrio que la vio crecer, pero ahora como miembro del equipo docente del Thomas A. Edison HS / John C Fareira Skills Center.
Su salón de clases es poco convencional, y le permite explorar y dejar en alto el nombre de su amado Puerto Rico, haciendo honor a su madre y a su abuela, que fueron sus primeras maestras en la materia que ahora imparte. Son esos olores y sabores, que aprendió a identificar desde su niñez en la cocina de su casa, los que hoy comparte con sus alumnos en el curso de Arte Culinario, del programa de carreras técnicas que ofrece la escuela.
Ana nos confesó que, esta no fue su verdadera vocación. La cocina era para ella más bien un pasatiempo, que por las circunstancias se convirtió en su quehacer diario. El camino no ha sido fácil; recuerda que, sin experiencia previa en cocina, se le presentó la oportunidad de entrar al servicio de catering en Aramark (empresa de servicios de alimentación), donde empezó como asistente de eventos y fiestas. “Me encantaba observar a los chefs, ver lo que preparaban acrecentó mi interés … y busqué la manera de entrar a la cocina, lo que logré haciendo sándwiches”, recordó la chef. Al poco tiempo, el puesto de primera cocinera estuvo disponible, y sin pensarlo dos veces, se postuló y ganó. Ana cree que fue gracias a que demostró un constante deseo de aprender. En ese momento, Ana decidió emprender su camino de convertirse en chef.
CÓMO EDUCARSE SIN TENER LOS RECURSOS
Sin el dinero para tomar las clases de chef, y queriendo evitar una deuda estudiantil, preguntó a los cocineros con quienes trabajaba cómo ampliar sus conocimientos, y ellos le aconsejaron trabajar en diferentes cocinas. “Entendí que eso era lo mejor; seguí el consejo y trabajé para varias compañías de catering”, recuerda. Así fue escalando posiciones en Aramark. Casi cada dos años buscaba un puesto nuevo para seguir aprendiendo y ganando experiencia; pero al decidir ser madre la situación cambió.
Ana inició un emprendimiento desde la cocina de su casa, anunciando sus menús por las redes sociales; incluso tuvo la oportunidad de tener su propio negocio “Cafeito Taino”, pero con la llegada de inversionistas en vivienda, hubo cambios en ciudad, y no le dejó más opción que claudicar, seis meses después de su inauguración; pero la chef Montañez, no se dejó vencer por las adversidades. Empezó a trabajar en “12th Street Catering”, y al mes fue ascendida a sous-chef, es decir, la segunda al mando en la cocina después del chef, para atender el comedor del Museo de Ciencias Naturales de Filadelfia. Por otro lado, Ana formó parte del equipo evaluador de los exámenes del curso de Arte Culinario en las escuelas preparatorias en la ciudad, y cuando hubo una vacante disponible como maestra, la escuela Thomas A. Edison HS / Fareira Skills Center no dudó en contratarla.
LA CULTURA BORICUA EN LA COCINA
Los estudiantes de Arte Culinario, curso que se ofrece solamente en 11 escuelas del Distrito Escolar de Filadelfia; después de un examen, obtienen un certificado que les permite trabajar en la industria de comida, ganando un sueldo mayor al que percibe un principiante, gracias a la experiencia adquirida en sus clases diarias durante tres años de capacitación. El plan de estudios brinda la teoría y la práctica necesaria para una preparación completa.
La preservación y difusión de la gastronomía boricua es parte del quehacer de la chef Ana, ya que muchos de sus estudiantes son de origen puertorriqueño. Enseñar como hacer un sofrito, pastelillos, pasteles, el coquito y otras muchas delicias de la cocina boricua, es parte del legado que comparte con sus estudiantes. “Hay muchas cosas que ya no se preparan en casa, no puedo dejar que esas recetas se mueran”, nos comenta la chef. No solo el personal y alumnos de la escuela sino incluso gente de la comunidad tiene la oportunidad de deleitarse con estas delicias, especialmente en días festivos.
LOGROS DE VUELTA AL ORIGEN
Ana suele hablar mucho con sus estudiantes, el haber vivido y crecido en el barrio le permitió entender lo que les pasa, viéndose a veces reflejada en ellos; logrando una mayor empatía a diferencia de sus colegas. Ella dice haber aprendido a ser más paciente, y hoy disfruta ver crecer hasta los jóvenes más tímidos o ansiosos, logrando el éxito en el mundo laboral. Encauzar la motivación de sus estudiantes es lo que hace de Ana Montañez, ¡una chef de Impacto!