Filadelfia, Pa. — Una disputa sobre el control y la gestión de tres escuelas chárter en Filadelfia ha generado tensiones entre Aspira Inc. de Pensilvania y las juntas directivas de estos centros educativos. El conflicto podría afectar a la educación de más de 2,000 estudiantes.
En enero, más de 100 líderes educativos y personal de apoyo renunciaron a Aspira Inc. y pasaron a trabajar directamente para las tres escuelas chárter que la organización fundó y gestiona: Antonia Pantoja Charter, Eugenio María de Hostos Charter y Aspira Bilingual Cyber Charter. Las juntas de los centros educativos ahora buscan renegociar su acuerdo con Aspira.
De acuerdo con The Philadelphia Inquirer, un portavoz de las escuelas afirmó que esta reestructuración beneficia a la comunidad y no afectará la enseñanza. Sin embargo, el director ejecutivo interino de Aspira, Angel Cruz, acusó a las escuelas de intentar apoderarse del control de manera injustificada. “Aspira posee el nombre y los edificios. Los diferentes departamentos deben seguir bajo Aspira Inc., ya que Aspira es la fundadora”, declaró Cruz. También sostuvo que los empleados que abandonaron la organización fueron obligados a firmar su salida bajo la amenaza de perder sus empleos, afirmación que las escuelas han negado.
Aspira sigue proporcionando servicios de mantenimiento, limpieza, instalaciones y transporte a las escuelas, además de administrar programas extracurriculares y de preescolar. Aunque actualmente mantienen el nombre de Aspira, las escuelas han indicado que están dispuestas a cambiarlo si es necesario.
Según el reporte del Inquirer, el conflicto surge tras la muerte de Alfredo Calderón, presidente y director ejecutivo de Aspira durante mucho tiempo, en abril de 2024. Con anterioridad, la organización administraba dos escuelas adicionales, Olney High School y Stetson Middle School, que en el ciclo 2022-23 volvieron a la gestión del distrito escolar de Filadelfia después de que la junta escolar votara en 2019 a favor de no renovar sus contratos debido a problemas académicos y organizativos.
Aspira también ha sido criticada por sus prácticas financieras. En 2018, el entonces auditor general del estado, Eugene DePasquale, señaló aumentos significativos en las tarifas de gestión que las escuelas chárter pagaban a la organización. Aspira justificó estos aumentos alegando que personal escolar había sido transferido a la entidad gestora.
Roger Zepernick, presidente de la junta de Eugenio María de Hostos y de la escuela cibernética, indicó que la estructura de empleo bajo Aspira generó confusión sobre la supervisión del personal. También mencionó conflictos entre la junta de las escuelas y la dirección de Aspira en cuanto a la labor de la directora académica.
Por su parte, Cruz acusó a los líderes de las escuelas de alterar calificaciones y registros de asistencia, y afirmó que se le ha impedido ingresar a los centros educativos. Las escuelas niegan estas acusaciones y argumentan que no fueron notificadas formalmente de la designación de Cruz como director ejecutivo interino hasta después de las vacaciones de diciembre.
El Distrito Escolar de Filadelfia ha declarado que está monitoreando la situación de cerca. Peng Chao, jefe de la oficina de escuelas chárter del Distrito, subrayó la importancia de relaciones colaborativas y responsables entre las escuelas y sus organizaciones gestoras. También advirtió que cualquier cambio en la estructura de gestión de una escuela chárter podría requerir una enmienda sustancial a su contrato, lo que implicaría una revisión formal por parte del Distrito.
Las juntas de las escuelas sostienen que, aunque Aspira es propietaria de los edificios, los contratos con el distrito y el estado están a nombre de las instituciones educativas. “Las escuelas, no sus contratistas o corporaciones, son las que toman las decisiones”, afirmó una portavoz. Ambas partes han expresado su disposición a negociar, aunque Aspira ha señalado que está preparada para llevar el caso a los tribunales si es necesario.
