Los expertos dicen “Si quieres ser feliz encuentra algo que te encante hacer y conviértelo en tu trabajo”; y eso fue lo que hicieron Giselle Poveda y Daniela García, quienes diariamente desde las 5:00 am abren las puertas de su local para ofrecer exquisitos desayunos a los miembros de la comunidad del norte de la ciudad de Filadelfia. “Cafe Tinto” es su panadería/cafetería ubicada en 143 E Wyoming Ave.
Hoy en día, el sentimiento de regocijo al ir a trabajar no es el mismo, nos cuenta Daniela, quien el pasado jueves 2 de diciembre fue víctima de un asalto a mano armada.
EL HORROR
Alrededor de las 7:30 am un sujeto entró a la panadería portando un arma, y obligó a los clientes a acostarse en el piso mientras él robaba todo el efectivo de la caja registradora, así como el dinero de todos los ahí presentes.
Tanto Giselle como Daniela reportaron a las autoridades lo sucedido, pero jamás imaginaron que dos días después, el sábado en la mañana, el mismo hombre regresaría para hacerles vivir la peor de sus pesadillas.
Era una fría mañana en Filadelfia, la panadería como siempre tenía afluencia de clientes, el delincuente apareció, pero esta vez como un cliente más, y hasta ordenó su desayuno. Daniela, que estaba a cargo de la caja registradora esa mañana dice que algo en él la hizo recordar al joven que les había robado el jueves. Sin embargo, ella continuó tomando las órdenes de sus clientes. Pronto quedó solo él, quien, para desgracia de todos, sacó de su bolsillo un arma y apuntando a Daniela en la cara saltó el mostrador y una vez más asaltó el lugar. Daniela logró correr y salir por una ventana. Y el sujeto se fue sin el más mínimo miedo a ser detenido por las autoridades.
Ese mismo día al parecer él mismo hurtó a los propietarios del restaurante “La Familia Guatemala” ubicado en 549 E Wyoming Ave., y el lunes 6 de diciembre los dueños del restaurante «Pupuserías Emily» en 551 E Wyoming Ave., fueron sus siguientes víctimas.
LAS DENUNCIAS
A pesar de que los dueños de estos negocios han acudido a las autoridades, las respuestas que han recibido han sido inconsistentes y lentas. Por esta razón Giselle hizo un llamado a la oficina del concejal David Oh, quien inmediatamente se hizo presente en la panadería. La noticia de que el concejal visitaría los establecimientos alertó al vecindario y acudieron otros dueños de negocios cercanos, y miembros de la comunidad, todos con la misma preocupación por la seguridad de sus fuentes de trabajo, y la seguridad del barrio en general.
Los asistentes a esta reunión manifestaron la angustia en la que viven y en la que trabajan sabiendo que este delincuente está en las calles armado, y coincidieron en que no quieren que este asunto termine en una desgracia.
El concejal Oh escuchó a los demandantes y demostró su empatía, puesto que él vive en el suroeste de la ciudad que también se ha convertido en una zona de riesgo y violencia. Los dueños de los pequeños negocios le expresaron que necesitan policías. Daniela afirmó que tiene pánico al caminar por las calles en tempranas horas del día.
“Al que madruga, Dios le ayuda”, reza el dicho, pero no en el norte de Filadelfia, donde la realidad es otra, y necesitamos cambiarla. Es hora de comenzar, así que se está organizando una reunión con la comisionada de la policía del distrito 25th, lo que permitirá que, en conjunto con el concejal, coordinen estratégicamente un plan de acción que permita a los residentes de esta zona desarrollar sus vidas con seguridad, tranquilidad y bienestar.