Graduados universitarios latinos y negros altamente calificados para un empleo no están siendo considerados al mismo nivel que los blancos, de acuerdo con los resultados de un estudio del Migration Policy Institute (MPI).
El reporte advierte que Estados Unidos está perdiendo una oportunidad clave al no abordar las licencias (profesionales) y otras barreras que mantienen a millones de graduados universitarios, incluidos dos millones de inmigrantes, sin trabajar a su nivel de capacidad y que, en cambio, son relegados a trabajos de baja calificación o falta de empleo.
De acuerdo con el informe «Dejando dinero sobre la mesa: la persistencia del despilfarro de cerebros entre inmigrantes con educación universitaria», esta subutilización de habilidades, también conocida como «desperdicio de cerebros» o subempleo, es particularmente grave para los negros y latinos altamente calificados, independientemente de su lugar de nacimiento.
Los inmigrantes negros con títulos universitarios de cuatro años o más tienen 54 % más probabilidades que los inmigrantes blancos de tener un trabajo que no requiera más que un diploma de bachillerato o estar desempleados.
Mientras que la probabilidad es de 40 % para los inmigrantes latinos, según los análisis del MPI con base en los datos del Censo.
Las brechas persisten también para los graduados universitarios latinos y negros nacidos en Estados Unidos.
Entre otros hallazgos importantes del informe señala que casi todos los estados experimentaron un rápido crecimiento en sus poblaciones de inmigrantes con educación universitaria entre 2010 y 2019.
Sin embargo, el subempleo de inmigrantes altamente calificados superó al de los graduados nacidos en Estados Unidos en 40 estados, con brechas sorprendentemente amplias en algunos de los estados con las economías de más rápido crecimiento
También que los niveles de desperdicio de cerebros de los inmigrantes con títulos relacionados con la salud fueron casi el doble que los de sus homólogos nacidos en esta nación.
En este renglón destaca que muchos de los aproximadamente 270.000 inmigrantes subempleados con títulos universitarios en salud o medicina han sido ignorados en los esfuerzos para superar la escasez de trabajadores de la salud durante la pandemia.
«Maximizar las oportunidades para inmigrantes y refugiados altamente capacitados representa una herramienta poderosa para aumentar el grupo de profesionales capacitados y talentosos necesarios en la economía pospandemia», señalaron los autores del estudio, Jeanne Batalova y Michael Fix.