El foco de su discurso, según advirtió al principio, fue «tremendamente serio» y giró en torno al ataque del 6 de enero de 2021 y a sus implicaciones.
Un día antes del tercer aniversario del asalto al Capitolio, el presidente estadounidense, Joe Biden, retomó su campaña electoral con una encendida defensa de la democracia y fuertes críticas a su antecesor, Donald Trump, a quien le recordó en repetidas ocasiones que en los anteriores comicios él fue «el perdedor».
«En este inicio de año electoral, debemos ser claros: la democracia está en juego. Vuestra libertad está en juego. La democracia estadounidense seguirá siendo la principal causa de mi presidencia», dijo cerca de Filadelfia en la primera intervención de su campaña este 2024.
Biden se pronunció tras haber visitado el valle de Forge, el enclave en el que el expresidente George Washington (1789-1797) ubicó el campamento de invierno del Ejército Continental revolucionario en 1777, durante la guerra de la Independencia, cuando era entonces el comandante en jefe de esas tropas.
Fue el lugar en que Washington dijo a sus militares que su causa era «sagrada» y Biden se hizo eco de ese discurso tomando el «sagrado voto» de defender la democracia en Estados Unidos, que este noviembre celebra de nuevo elecciones presidenciales.
«Su misión estaba clara: libertad, no conquista ni dominación. Independencia nacional, no gloria individual. Estados Unidos se hizo una promesa: nunca más», dijo Biden del exgeneral y excomandante estadounidense.
«Es un día grabado en nuestra memoria porque casi perdemos Estados Unidos. ¿Sigue siendo la democracia una causa sagrada? Esa es la cuestión más urgente de nuestro tiempo. La campaña de Trump trata de él, no del país. Está obsesionado con el pasado, no con el futuro», sostuvo Biden.
Ese 6 de enero, según añadió, por primera vez en la historia del país «hubo insurrectos que se presentaron para parar el traspaso de poder», mientras «el mundo entero» miraba lo que sucedía «con incredulidad» al tiempo que Trump no hacía «nada».
El expresidente republicano, según insistió, «perdió recuento tras recuento y un estado tras otro». «Seamos claros sobre esas elecciones: Trump agotó todas las vías legales disponibles para darle la vuelta a los resultados y todas ellas solo han llevado a la verdad, que yo gané y él es un perdedor».
Biden enfatizó que quienes acudieron al Capitolio hace tres años no eran «patriotas», sino «insurrectos» que no querían defender la Constitución, sino acabar con ella.
«La violencia política nunca es aceptable», afirmó advirtiendo que no permitirá ni a Trump ni a sus seguidores más radicales que el país le dé la espalda a la democracia. «Me niego a pensar que en 2024 los estadounidenses elijan alejarse de lo que nos ha convertido en la nación más grande de la historia del mundo», añadió.
Para Biden, el «asalto de Trump a la democracia no es solo parte de su pasado, es lo que promete para el futuro».
«Él mismo lo ha dicho: será un dictador desde el primer día. (…) No hay confusión sobre lo que pretende hacer», recalcó sobre el político republicano, a quien le recriminó que su retórica se asemeje a la de la Alemania nazi.
Es habitual que, como ahora cerca del valle de Forge, el actual mandatario utilice lugares históricos para reforzar sus intervenciones en momentos clave: en agosto de 2022, por ejemplo, habló sobre la «batalla por el alma» del país en el Independence Hall de Filadelfia, un edificio considerado como la cuna de la democracia de Estados Unidos.
Biden fue escuchado en persona, entre otros, por voluntarios de los comicios de 2020 que protegieron el derecho al voto, así como por jóvenes a quienes el asalto al Capitolio les motivó para entrar en política.
Desde ese ataque, según indicó hoy también en una intervención aparte el fiscal general estadounidense, Merrick Garland, 1.250 personas han sido imputadas, se ha condenado a cerca de 890 y el departamento de Justicia promete hacer que «rindan cuentas» todos sus responsables.
Entre los imputados en el marco de ese asalto está el propio Trump, objeto de dos procesos penales en Washington DC y en Georgia por sus intentos por revertir
Entre los asistentes para apoyar a Biden, según precisaron a EFE fuentes de su campaña, hubo también sindicalistas.
Biden presume de ser el presidente más sindicalista de la historia estadounidense y el pasado septiembre fue el primer líder del país en sumarse a unos piquetes, en aquel caso a los protagonizados por el sector automovilístico.