Los camiones de comida antes estaban reservados para los trabajadores de la construcción y para eventos especiales. Ahora es común verlos en muchas ciudades del país. Debido a la pandemia del COVID-19 aumentó su popularidad y ahora, los camiones de comida son una industria de $1.2 billones. Las nueve ciudades donde hay más vehículos dedicados a la venta de alimentos son Los Ángeles, Nashville, Tampa, Washington, DC, Austin, Seattle, Boston, la ciudad de Nueva York, Dallas y Phoenix.
Según Roaming Hunger, el sitio web más grande del país dedicado a los camiones de comida y otros negocios móviles de alimento, tiene en su base de datos información de 308 vehículos entre ellos camiones, tráileres y carritos en el área de Filadelfia. Según sus datos, los alimentos más populares de venta en estos negocios son los sándwiches, carne a la parrilla con salsa de barbecue, hamburguesas, postres y tacos.
El emprendedor mexicano Juan Carlos Romero, inauguró su camión de comida “PhillyTacos” el 24 de noviembre del año pasado después de años de éxito de su restaurant Los Taquitos de Puebla.
Muchos de estos negocios se encuentran en el centro de la ciudad, alrededor de los campus universitarios y en diversos vecindarios. De acuerdo con la universidad de Pensilvania tan solo en el área circundante hay 9 camiones de comida.
Hace unos meses el comerciante salvadoreño, José Lemus estacionó su camión de comida llamado “Restaurante Salvadoreño” enfrente de su abarrotería en la calle Spring Garden, casi esquina con la calle Ridge. Compró ese local hace seis años y lo llamó “Tienda de la Virgen de Guadalupe” ya que la virgencita siempre hace sus milagros ahí, cualquier cosa que uno le pida con fe, también le ayuda”.
Cuando estaba buscando en línea el vehículo que quería, se encontró con un autobús escolar a la venta en Nueva Jersey. Con los asientos removidos, hay mucho espacio para equiparlo con lo necesario para cocinar. “Muchos americanos han entrado a sacarle fotos porque es el único que miran de esa hechura y de grande” nos comenta sonriente.
Este emprendedor emigró del departamento de San Miguel en su país natal y llegó a Filadelfia en 1997. Trabajó por muchos años en cocinas de restaurantes y nos cuenta que “siempre había estado buscando un camioncito de comida”. Alcanzó su meta en septiembre pasado cuando abrió su negocio móvil. Lo estacionó de manera conveniente frente a su tienda, la cual está a tan solo unos pasos y puede ir por lo que necesita.
Su camión tiene menú de comida salvadoreña y mexicana. De los platillos centroamericanos lo que más se vende son las pupusas, el pollo guisado, el pollo frito y las baleadas. Comenzó con dos turnos de venta, pero debido al frío no hay mucha gente ahora, “sólo lo tengo abierto desde las diez de la mañana a las ocho o nueve de la noche.”
Cuando el clima sea más cálido, José buscará otras oportunidades para llevar su camión a los jardines grandes del sur como el parque FDR de la calle Patterson los domingos o al norte de la ciudad donde hay un mercado de pulgas, (tianguis o mercadillo) muy grande.
¿Qué consejo les daría a otros salvadoreños para empezar un negocio?
“Como dice el dicho el que no arriesga no gana, hay dolores de cabeza también, pero trabajando duro siempre sale adelante uno”, asegura con certeza.