Las prácticas restaurativas permiten prevenir, detectar, gestionar y resolver las situaciones de conflicto en diferentes ámbitos reforzando los vínculos afectivos entre las personas afectadas. Los círculos de sanación son una de las estrategias utilizadas, y se pueden aplicar a cualquier grupo de personas que quiera gestionar sus conflictos de forma comprensiva y dialogada.
Cristina Pérez es una mujer con amplia experiencia en el trabajo comunitario en el área de la violencia sexual, desde hace una década es la Directora de Alcance Comunitario en “Women Organized Against Rape” (WOAR) por sus siglas en ingles. La misión de esta organización sin fines de lucro en Filadelfia es eliminar todas las formas de violencia sexual.
En septiembre Cristina será la facilitadora de un programa llamado “Círculos en comunidad para la sanación”. Entendiendo la sanación como un proceso continuo para crear poder, resiliencia, y resistencia para transformar.
¿De dónde surge la necesidad de estos círculos?
De la reintegración de nuestros saberes en situaciones de crisis social y del aislamiento colectivo como el que estamos viviendo, causado por el Covit-19, especialmente en comunidades migrantes. Somos una población migrante que venimos aquejados por una historia común de injusticia social y traumas crónicos. El impacto de la violencia y los traumas causados por las mismas han dejado muy vulnerables a hombres mujeres y niños no acompañados que han decidido escapar a la marginación social en la cual vivían y al peligro de las violencias sociales.
¿Qué se hace en un círculo de sanación?
Todos tenemos saberes que nos hemos olvidado, todos iniciamos escuchándonos y compartiendo la palabra, todos vamos trazando y reconociendo caminos de sanación física, espiritual y moral, sobre todo de experiencias traumáticas en nuestras vidas. Es un proceso de aprendizaje y ejercitación del cuerpo, la mente y el espíritu, donde cada uno de los participantes se reenfoca en su transformación con el conocimiento personal y colectivo de aprendizajes mutuos.
Tomando de modelo la educación popular de Paulo Freire en donde todos somos expertos en nuestras propias vidas, es que logramos la “dialogicidad” o toma de palabra pura y respetuosa.
¿Crees que esta estrategia ayuda a evitar la violencia hacia las mujeres?
Definitivamente sí, ya que puede sanar e interiorizar en la búsqueda de un reconocimiento de quienes somos, y sobre todo en el planteamiento de la justicia, y la sanación, como factores de afirmación, para reconectar con el auto amor, fortaleciendo la autoestima y la autoprotección. Una de las prácticas de los conocimientos milenarios es el acceder a la energía de la igualdad y de la equidad de género, retomamos y trazamos círculos en el entendimiento del balance de la resiliencia, del poder y reparación, la justicia y equidad, la sanación de traumas y heridas.
Incluimos la perspectiva metodológica de la resiliencia en el reconocimiento del estrés crónico, vivido por los emigrantes, llamado “Síndrome de Ulises”.
Si quiere saber más de los Círculos en comunidad para la sanación, para mujeres y hombres comuníquese al 215/6068490 o escriba a cristina@woar.org