La visión de la alcaldesa Cherelle Parker incluye una ciudad más segura para todos. En su campaña precisó que habría 1,400 policías adicionales, que hacen mucha falta para combatir la delincuencia en todos los vecindarios de la ciudad, en el norte, sur, occidente y centro de esta urbe.
El Departamento de Policía de Filadelfia es el cuarto más grande de la nación, con más de 6 mil oficiales que han dado juramento de servir a la comunidad, y 800 empleados civiles. Su misión es que Filadelfia sea una de las ciudades más seguras en el país, y cuida de aproximadamente 1,5 millones de residentes bajo la dirección del comisionado Kevin Bethel.
Este Departamento está organizado en seis divisiones policiales, que a su vez se dividen en 21 distritos de Policía. Cada distrito es dirigido por un capitán que implementa las estrategias de seguridad.
De reconocida comerciante a una víctima más
A principios de la primavera hubo una serie de hurtos en la calle 9 sur de la ciudad por una presunta ladrona. La empresaria mexicana Alma Romero fue víctima de agresión por parte de esa delincuente el 4 de abril. Según Telemundo 62, “el suceso tuvo lugar a la 1:54, el pasado 4 de abril, en la cuadra 1000 de la 9th Street, justo en el mercado italiano. Los negocios afectados fueron el restaurante Alma del Mar y la pescadería Marco’s Fish Market.
La presunta ladrona habría sido confrontada por la cajera de Alma del Mar por no pagar los artículos presentados y echarse otros en los bolsillos de los pantalones. Acto seguido la mujer, quien aparentaba ser una clienta, intentó ahorcar a la trabajadora, y le propinó varios puñetazos.
El patrón del hurto, según la Policía, siguió hasta la pescadería donde nuevamente la ladrona fue confrontada, y al instante procedió a atacar al dueño del establecimiento con un puño antes de huir con el botín.
Los investigadores dijeron que la presunta atacante se llevó dos paquetes de cabello sintético y dos paquetes de pescado. Los afectados fueron llevados al hospital para ser atendidos y ya se encuentran recuperados.
En entrevista con este semanario, Alma Romero expresó sentirse insegura, con miedo a las represalias de la mencionada delincuente, ya que, aunque la policía del Distrito 3 ha publicado fotos de ella, aún no ha sido arrestada ni se sabe su nombre; y la víctima vive todavía bajo el trauma de esa experiencia.
“Ese día llamamos a la policía, queríamos quitarle las cosas a la mujer porque no es justo, uno trabajando; todo mundo tenía miedo”. La ladrona la golpeó, “y eso es lo que duele más, porque además de que vino a robar, todavía se atrevió a pegarme, es una persona sin vergüenza”.
Alma dice que en su vida jamás ha peleado, “pero sentía que la agarré de su blusa, pero la delincuente agarraba a la gente como si fueran ligeras como plumas.” En el forcejeo, la ladrona le gritaba, “llama a la policía, esto es mío”. Eso, como se pudo comprobar, no era cierto.
Afortunadamente, llegó la ambulancia inmediatamente y llevó a las víctimas al hospital, ya que la delincuente golpeó a un vecino de la familia Tlacopilco Romero; el hombre, indonesio, tuvo heridas en la cabeza necesitó ocho puntos.
“Yo estaba llena de sangre, pensando que la sangre era mía, pero era de la otra persona que yo le quise ayudar, y esa sangre le salía de la cabeza, espantaba mucho”.
Alma no perdió el conocimiento, a pesar de que le pegaba con el puño y la tiró al piso. Cuando la entrevistó la policía, le preguntó cuántas veces la golpeó; Alma respondió, “no lo sé, qué se yo, a lo mejor 5 veces, en ese momento uno no está pensando en contar”.
Ese mismo día sentía la cabeza inflada como un globo, tenía náuseas, la vista borrosa y la necesidad de llorar. “Quisiera que todo mi llanto, que todo lo que siento en el corazón me salga y ya se me borré de la memoria, pero no; es fuerte. Estoy con miedo que pueda venir y pueda seguirme haciendo daño, temo que vaya a maltratar a alguien; estoy muy preocupada por nuestros clientes”.
El Mercado Italiano es visitado por personas que vienen de fuera y es un muy reconocido.
“Queremos que nuestra Calle 9 sea segura, queremos tranquilidad y que nuestros clientes sientan esa seguridad”. Agregó.
El 24 de abril, esta empresaria participó en la reunión comunitaria con la policía del Distrito 3, en las calles 11 y Wharton. Una de sus preguntas fue “¿por qué tardó tanto en llegar la policía?”
Después que la ambulancia se llevó a Alma al hospital, la policía regreso a la hora. Le vinieron a la mente sus amigos dominicanos en el norte de la ciudad, que han perdido la vida, “y eso es muy triste, no queremos llegar a ese grado, que perdamos algún compañero de nosotros y que muera, ¿y entonces sí las autoridades sí se van a acercar a nosotros? No queremos llegar a eso.”
La policía del distrito 3 respondió que ellos no tienen tanto personal y le dan prioridad a las llamadas de casos que son más fuertes, por ejemplo, si hay un arma de fuego.
La realidad del robo minorista
Si el ofensor intenta llevarse mercancía por un monto de $1,000 o más, o si un arma de fuego o un vehículo automotor fue parte de ese robo, el hurto de una tienda es una felonía de tercer grado en Pensilvania.
La penalidad en ese delito puede ser de hasta siete años de encarcelación y una multa de hasta $15,000. En otros casos, el hurto en tiendas es un delito menor.
Esto se debe a que el fiscal de la ciudad, el abogado Larry Krasner, en su intento por crear una reforma de fianzas y no encarcelar a tantos delincuentes, y crear así más convictos, ahora el robo minorista, de menos de $500 de valor de la mercancía, es una ofensa sumaria, es decir, de menor gravedad que una felonía o delito menor. Así que, en vez de gastar dinero en un juicio que involucra un jurado para procesar a un ladrón, ese delincuente, si llega a ser arrestado, por lo menos, es multado y, de acuerdo con la ley de Pensilvania, puede pasar 90 días en la cárcel.
Las consecuencias de este cambio en el hurto en las tiendas pueden verse en muchos comercios en el centro de la ciudad y en particular las farmacias, que ahora tienen mercancía bajo llave. Y como muchas veces no se llega a atrapar a los ladrones, las tiendas sufren pérdidas irrecuperables pues ni siquiera se exige restitución por los robos.
Por su parte, los empresarios hispanos del sur de Filadelfia urgieron atención policial.
Como presidente de la Asociación de Empresarios Mexicanos, Juan Carlos Romero, que haciendo eco de sus miembros, condenaron los actos de violencia en contra de esta empresaria; urgiendo a las autoridades de la ciudad de Filadelfia, a que tomen acción inmediata para asegurar la seguridad los comerciantes y empresarios miembros de la organización, así como a sus clientes. “Estamos en solidaridad con Alma y su familia en estos tiempos difíciles y exigimos justicia”, expresó el presidente de la Asociación.
Cadena de robos
La familia Tlacopilco Romero ha sufrido varios robos en años anteriores, entre los cuales estuvo la camioneta de trabajo de Marco y el robo del cajero automático afuera de su restaurante. En el video se ve que los delincuentes iban preparados con herramientas y en menos de tres minutos se llevaron la caja con dinero que había sido depositada por el banco días antes.
El jueves 28 de marzo de este año un hombre le robó al esposo, Marco Tlacopilco, una caja de pescado, mientras descargaba de su camioneta la mercancía.
También son múltiples los hurtos de frutas y verduras del puesto de su hermana, frente al restaurante Alma del Mar. El más reciente, al cierre de esta edición, fue el que sufrió el 4 de abril; Alma fue agredida a puñetazos por evitar que la ladrona se llevara la mercancía.
Las posibles soluciones
Reclutar a más policías, mayor vigilancia policial en las calles, especialmente en el corredor comercial de la Calle 9 sur, conocido como el Mercado Italiano, la atención pronta de los despachadores de policía, incluso cuando la llamada es de un hispanoparlante.
También se propone tener cámaras de seguridad en los negocios y contratar los servicios privados de seguridad, reuniendo fondos de varios comerciantes.
Algo muy importante es hacer un reporte a la policía cuando algo sucede. Tomar una foto de los sospechosos o presuntos delincuentes y enviarlas a la policía por correo electrónico.
El Distrito Policial 3 está localizado en 1300 S. 11th Street, y su número telefónico es 215-686-3030.