Después de las fiestas navideñas la creciente ola de contagios de COVID 19, en los niños se cuadruplicó en nuestra ciudad y en la región, lo que provocó que muchas escuelas pospusieran el regreso a clases presenciales como medida de prevención. Esto ha generado una serie de problemas en las familias cuyos padres no cuentan con el apoyo de familiares o amigos, para que cuiden y supervisen las clases virtuales de sus hijos, mientras ellos salen a trabajar. Tal es el caso de Reyna Cazares, a quien esta situación le produce sentimientos encontrados, “para mí, la salud de mi hija es primero”. Aunque la niña conocer la rutina y participa en sus clases, su madre considera que tiene la responsabilidad de estar presente durante las sesiones de la niña “tiene que haber un adulto que la esté monitoreando en lo que hace, y no tengo quien me la cuide entonces no puedo presentarme al trabajo, realmente esto me pone en aprietos” nos mencionó. Dejarla al cuidado de una amiga que también tiene niños que cuidar o apoyar en sus clases, tampoco es una opción viable.
Ante el cuestionamiento sobre las personas que no se han vacunado aun, a pesar de que se sabe que aunque las vacunas no protegen al 100 % del contagio pero si previenen de manera importante, una hospitalización y agravamiento de la enfermedad, Reyna opina que “están en su derecho pero deben hace saber su decisión al resto, y mantenerse alejados de los que sí lo hicieron, y tienen que ir a estudiar o trabajar”.
Marisol Suarez y su esposo, se contagiaron hace varios meses, se vacunaron, pero se contagiaron otra vez, y tiene una niña de 5 años y un bebé de 20 meses. No tuve forma de proteger a los niños dijo, “no tengo alternativa, no cuento con nadie para que los cuide, tengo que quedarme en casa y mi esposo tiene que ir a trabajar”. Las indicaciones que recibió donde la atendieron fueron las que recomienda el CDC, 5 días de cuarentena en casa, los siguientes 5 días con mascarilla permanente. A partir del décimo día la decisión queda al criterio de cada cual. Este cambio en la disminución de los días de cuarentena está también creando confusión en el proceder de la gente.
Después de casi dos años en pandemia, es comprensible que la guardia empiece a bajar y los vacunados se hayan sentido protegidos, dejando así de usar mascarillas permitiendo que el virus se siga esparciendo pues los científicos han dicho que, aunque no nos enfermemos si podemos transmitir el virus si entramos en contacto con él. Por eso es importante el uso de una mascarilla adecuada, el gel, el lavado de manos, al igual que el respeto de la distancia social.
Marisol siente que “ya no estamos seguros en ningún lado, el COVID 19 es parte de nuestra vida, habrá que aceptar que esta vacuna será como la de la gripe que hay que colocarse refuerzos”. No es fácil estar enferma y tener que cuidar de tus niños también enfermos.
Para proteger a sus familias, antes de las celebraciones de fin de año, muchos han buscado hacerse las pruebas rápidas para saber si están sanos antes de participar en reuniones. El regreso a clases y las restricciones que están ejerciendo algunos dueños de restaurantes, establecimientos y empresas de atención directa al cliente, han movilizado a la población a vacunarse nos comenta una voluntaria de Puentes de Salud, organización sin fines de lucro en el sur de la ciudad que ofrece servicios de salud preventiva. Allí conversamos con Dulce Ramírez y su familia “ya hubo un brote en el colegio de mi hijo, a pesar de que cada niño se sienta solo y con una protección alrededor de su pupitre. Yo quiero que mi niño esté protegido en la escuela, ya nos vacunamos todos”. La señora Rosa Meneses comentó “los contagios van en aumento por eso he venido por mi primera dosis y traigo a mis 3 hijas, también viene mi prima con sus hijos”. En las últimas semanas, los voluntarios de Puentes de Salud han observado un incremento significativo de adultos que no estaban vacunados, de personas en busca de su vacuna de refuerzo Pfizer o Moderna, pero sobre todo de niños que llegan con sus padres a solicitar la vacuna Pfizer. El llamado sigue siendo a protegerse, y proteger a su entorno.
