José A. Ortiz Pagán, curador de Espacio Común. (Foto: Leticia Roa Nixon)

Filadelfia cuenta con una colección de arte público considerado el más antiguo y grande en los Estados Unidos. Esta colección refleja la rica historia y el conjunto diverso de comunidades que enriquecen la identidad cultural de ciudad.

El arte público se distingue del producido para exhibirse en un museo, en una galería u otro lugar público.

En el establecido mediante un proceso público, la comunidad participa en la selección del artista, el lugar y la obra de arte. Se usan fondos de dinero público para crear la pieza de arte, y por lo tanto hay mayor rendición de cuentas del artista participante.

El arte público suele tener longevidad.

Ese es el caso del programa de artes murales de Filadelfia que durante 35 años ha unido a los artistas y comunidades mediante un proceso colaborativo; bajo la dirección de Jane Golden, el programa de artes murales ha creado más de 4,000 obras de arte público mediante colaboraciones innovadoras con organizaciones comunitarias, agencias de la ciudad, organizaciones no lucrativas, escuelas, el sector privado y filantrópico.

Este programa ha sido semillero de artistas visuales que dedican su trabajo para el beneficio de las comunidades de la ciudad.

Keir Johnston, quien fue parte del programa, es un creador de arte público dedicado por más de 20 años a destacar los temas que impactan a las comunidades de color, a través del arte público. Es cofundador del colectivo Amber Art and Design establecidoen 2013, que ha completado más de 50 proyectos de arte público.

Panelistas, de izquierda a derecha, Keir Johnston, José A. Ortiz Pagán, Jane Golden y la moderadora Li Sumpter. (Foto: Leticia Roa Nixon)

Con motivo del 10 aniversario del colectivo, se presentó la exposición Common Space/Espacio Común en el espacio del proyecto Ice Box en el norte de la ciudad. El curador de la exhibición fue al artista multidisciplinario puertorriqueño José Antonio Ortiz Pagán. Nacido en la región sur de la isla, creció en el pueblo industrial de Guayama donde participó en el arte punk y de grafiti, al mismo tiempo que tocaba percusión como parte del grupo musical jíbaro de su familia.

José tiene un compromiso profundo para trabajar con miembros de la comunidad mediante el arte como fuente de esperanza, transformación y sanación. Aunque su entrenamiento principal fue de grabador, su práctica se ha expandido a la escultura, dibujo y pintura. 

Su concepto de “comunalidad” se basa en la definición del activista zapoteco Jaime Martínez Luna y de muchos líderes zapatistas del estado mexicano de Oaxaca.

Ofrenda frente a la obra de Willis “Nomo” Humphrey, fallecido hace 5 años. (Foto: Leticia Roa Nixon)

Este concepto habla de la comunidad que nos inspira a pensar en términos de la experiencia colectiva, en oposición al punto individualista del artista.

Como parte del programa de celebración del décimo aniversario del colectivo Amber Art and Design, el 6 de noviembre hubo una plática, moderada por Li Sumpter sobre el significado del arte público para los tres panelistas Jane Golden, José A. Ortiz Pagán y Keir Johnston. Todos llevan décadas de trabajo en este tipo de arte que incluye principalmente a la comunidad.

Aunque una de las características de las obras artísticas públicas es la longevidad, no ocurre con los murales, ya que los dueños de los edificios donde se pintan pueden desaparecerlos a su voluntad. Por ello, hay varios que ya no existen, en la llamada capital mundial de los murales. No sólo es la pérdida física de estas obras de arte, sino también se pierde parte de la identidad cultural de las comunidades participantes.

Para que el arte público se mantenga, una alternativa es la creación de colectivos como Amber Art and Design, cuyos integrantes tienen la misión de facilitar proyectos para el mejoramiento de la comunidad, y empujar para el cambio social. Trabajan con artistas que están abogando por algo, ya sea en contra de las instituciones opresivas, por la formación de identidad, o incluso por el propio proceso creativo.

Linda Fernández, cofundadora del colectivo Amber Art and Design. (Foto: Leticia Roa Nixon)

Por su parte, el programa de artes murales de la ciudad es el programa de arte público más grande de la nación, con base en la creencia de que el arte acicatea el cambio. No solo se dedica a crear parte que transforma los espacios públicos y las vidas de los individuos, sino que también brinda programas educativos, de justicia ambiental y justicia restaurativa, llevando el arte a los confinados en las prisiones de Filadelfia.

Durante la plática de los panelistas, se tocó el tema de la financiación de proyectos de arte público, de los recortes presupuestales de la ciudad, y la constante lucha de que el arte es relevante en la vida de los residentes de esta ciudad. Así como de la importancia de prevenir el desplazamiento físico y cultural de las comunidades. Como señaló, el artista Ortiz Pagán, esta plática fue en lo que era antes un enclave boricua, desplazado por la gentrificación.

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