Esta líder de ascendencia puertorriqueña no tiene en su vocabulario el darse por vencida. “Yo lucho fuerte, nada más me hacen falta los guantes de boxeo”, cuenta Yari con sentido del humor, quien conversó con Impacto un domingo al mediodía. La encontré mientras limpiaba uno de los bloques de la calle Wesmoreland, contiguo al parque McVeigh en Kensington.
Ella es una mujer excepcional que no tiene miedo. Líder comunitaria, activista y capitana de bloque, pone el ejemplo todos los días limpiando la basura. Ha comprado 20 basureros que colocó en las aceras para que los vecinos y peatones depositen sus desperdicios. El parque de pelota está bajo candado, pero ella tiene la llave para entrar. Tiene varias camas de plantas en un espacio que lleva su nombre. Lo que más desea es que los residentes se sientan seguros y sin miedo de salir de sus casas.
Nacida y criada en la ciudad neoyorquina de Brooklyn, se mudó a Filadelfia para continuar el legado de su madre en la limpieza comunitaria. Armada con una escoba, esta activista incansable sale a combatir la basura. Se siente triste y frustrada cuando ve de nuevo desperdicios en los bloques que ya ha limpiado. Sin embargo, eso no la detiene para seguir creando consciencia en la comunidad, sobre todo en los niños. “Me enfoco mucho en ellos, y con el programa de Mural Arts organizo actividades de dibujo y pintura infantil”, relata.
Durante la pandemia ha distribuido cajas de comida y ropa con otras organizaciones. Cocinó para llevar comida caliente a las personas sin hogar en Kensington. Yari tiene una colaboradora cercana llamada Yuliana, y un grupo de voluntarios. Su amigo Gilberto González es uno de ellos, quien también se une a limpiar los domingos.
“Mi visión para Filadelfia es lograr mis metas como ha sido la remodelación del parque, la planeación de un mural en la calle Wesmoreland, ‘menos violencia y menos drogas’”, afirma con determinación.
Esta incansable activista tiene su frase favorita que publicó en su página de Facebook. “El cambio que has estado pidiendo sucederá cuando seas voluntario, apoyes y ayudes a tus vecinos. El cambio comienza contigo”. Me dice que otra de sus frases es “Manos a trabajar y boca a cerrar”. Ella cree que los residentes son los que deben limpiar los frentes de sus casas sin esperar que el gobierno de la ciudad lo haga por ellos.
Esta capitana de bloque predica con el ejemplo a los padres y madres de su comunidad para que les enseñen a sus hijos. Yari tiene un hijo de 23 años y una hija de 21 que ya no viven con ella. Vive justo al frente del parque en una casa impecable que le heredó su madre y donde vive con su esposo.
La han entrevistado numerosas veces y “la gente se pregunta cómo una mujer puede hacer tanto”. En su casa conserva varios reconocimientos que le han dado por su trabajo comunitario.
También ha hecho muchas fiestas en el bloque.
Este 20 de agosto Yari organiza la Feria de Recursos del Parque McVeigh en el 400 de la calle East Ontario de 10 am a 2 pm, en la que habrá actividades para las familias, con música de un DJ y la colaboración de los policías del distrito 25.
Yari concluye “recuerda, el que persevera siempre triunfa”. Así es Yari, auténtica, trabajadora, comprometida con la comunidad, valiente y con un corazón de oro.