El sospechoso de matar al único hijo del juez latina Esther Salas, lanzó insultos racistas en internet contra la magistrada antes de atacar a tiros a su familia, según informaciones de la prensa local divulgadas.
Roy Den Hollander, abogado que se autodenominaba “antifeminista”, es el principal sospechoso de la muerte de un tiro en el corazón del único hijo de la juez hispana, Daniel Anderl, de 20 años.
Hollander dio a conocer su diagnóstico a sus colegas y lo hizo público en el epílogo de su libro digital de 2019. Utilizó una metáfora para referirse a que tenía una enfermedad terminal: “La mano de la Muerte está sobre mi hombro izquierdo. No importa nada más en esta vida. El único problema con una vida vivida durante mucho tiempo bajo el gobierno feminazi es que un hombre termina con tantos enemigos que ni siquiera puede anotarlos a todos”.
Horas después de matar a Daniel y herir de gravedad a Mark, Hollander fue a su casa de Catskills, Nueva York y terminó con su vida. Fue encontrado muerto por las autoridades policiales del estado. A su lado había un paquete de cartón con el logo de FedEx y la inscripción de la dirección y el nombre de Esther Salas. Su interior estaba vacío.
El marido de Salas, el abogado Mark Anderl, fue herido por varios disparos, pero está fuera de peligro, mientras que la jueza, que en el momento del ataque se encontraba en el sótano de la casa, salió ilesa.
Según medios locales, Den Hollander, que llevaba un caso en el tribunal que presidía Salas y que según sus propias palabras era enfermo terminal de cáncer, escribió insultos racistas contra ella en internet. En 2019, Den Hollander aseguró que el caso que tenía pendiente en el tribunal que dirigía Salas sobre la discriminación por género, en la llamada a filas del Ejército, avanzaba justo cuando le diagnosticaron un grave cáncer.
Según el abogado estaba “preparando los argumentos orales en un caso federal ante una juez latina, incompetente y vaga nombrada por Obama”.
El caso presentado por él y aceptado a trámite por Salas, argumentaba que existía discriminación en el sistema federal que mantiene un registro solo de hombres en caso de llamar a filas, algo que no se ejecuta desde la Guerra de Vietnam.
Den Hollander también criticó por internet a Salas por unirse a “organizaciones políticamente correctas que intentan convencer a América de que los blancos, especialmente los hombres blancos, son bárbaros y todos los de piel más oscura son víctimas”. El abogado, que a su lista de casos añadió uno recientemente contra periodistas por, en su opinión, conspirar contra el presidente Donald Trump, añadía que las mujeres hispanas “tienen un problema de complejo de inferioridad”.
Salas es la primera mujer hispana que sirve como juez federal en Nueva Jersey, puesto al que fue nominada en 2010 por el presidente demócrata Barack Obama tras una dilatada carrera en la judicatura.
La jueza ha llevado casos de alto perfil como uno contra peligrosas bandas criminales en Newark (Nueva Jersey) o de fraude bancario por parte de protagonistas de «Real Housewives of New Jersey».
Recientemente le fue asignada una demanda contra el banco Deutsche Bank en el que inversores argumentaban que la entidad no hizo suficiente para evaluar el riesgo de clientes como el financiero acusado de pederastia Jeffrey Epstein.
En esa línea, las autoridades van tras su huella en un posible vínculo con el ataque a disparos contra el abogado defensor de derechos civiles Marc Angelucci, quien recibió un tiro que terminó con su vida en su casa de California a principios de este mes. Una coincidencia llamó la atención de los peritos federales: un hombre vestido con un uniforme de Federal Express fue el agresor, tal como el que mató a joven.
Carlos Salas, hermano mayor de la magistrada, describió a cómo ocurrió todo. Después de que sonó el timbre, Daniel -hijo de la pareja- abrió la puerta y fue fusilado directamente por el supuesto repartidor de FedEx. Un disparo directo a su corazón terminó con su vida. Alarmado, el esposo de la jueza -y abogado criminalístico- fue a ver qué sucedía. Fue recibido por múltiples balazos. Salas, al escuchar los estruendos, corrió escaleras arriba y observó la dramática escena. El mensajero asesino ya no estaba allí.
En una demanda de 2008 contra la Universidad de Columbia, acusó a la casa de estudios de ser un “bastión de intolerancia contra los hombres” y que el programa de estudios de mujeres “demoniza a los hombres y exalta a las mujeres para justificar la discriminación contra los hombres basada en la culpa colectiva”.
Con información de EFE /Agencias