Cuando no representamos y creamos nuestros propios sueños e historias, nos convertimos en sujeto de las historias de otros-que pueden ser justas, amistosas, deseables, pacíficas y en un ambiente en el cual se puede sobrevivir—o no. Así declara el artista visual Francesco di Santis en su texto acerca la misión del Proyecto Cuenta-Retrato que realiza en el país.
En la actualidad, el retratista ha estado pintando a los voluntarios que participan en el jardín comunitario César Andreu Iglesias en el noreste de Filadelfia.
El 3 de abril pintó los retratos de dos reconocidos activistas mexicanos en el sur de Filadelfia, Eréndira Sola Zamacona y Edgar Ramírez Pérez. Ere, como la llaman sus amigos, es originaria del estado mexicano de Puebla, cultivó desde niña su terreno con su padre. “La tierra es la base principal de la sobrevivencia del ser humano Sin la tierra no tendríamos siembra ni cultivo ni cosecha”, dijo. Esta activista trabaja en la Cocina del Pueblo donde se ha brindado comida gratuita desde el inicio de la pandemia.
En tanto, Edgar Ramírez, originario del estado mexicano de Oaxaca documenta a la comunidad latina de la ciudad. También escribió su historia personal. Este es un requisito que el artista pide antes de pintar los retratos. Utiliza pinturas que él mismo prepara y usa papel especial para que sus obras resistan la intemperie. Todos estos retratos serán propiedad del colectivo que conserva al jardín comunitario. Estos terrenos son parte de un proyecto cultural del artista César Viveros Herrera y del cultivo comunitario de verduras y plantas.
“Como un gran conjunto de trabajos recopilados, cada serie de cuento-retratos originales debe ser para el público, sin fines de lucro, no autoritario, no electoral, de servicio comunitario y para la tierra y su gente”, concluyó el artivista Francesco di Santis.