Respirar profundo usualmente es una práctica saludable para el cuerpo y la mente; pero en estos días, a pesar de la invitante temperatura, la condición del aire ha provocado que la población de la región de Filadelfia, si puede, se mantenga en lugares cerrados.
La emergencia no ha terminado y el jueves llegó a un punto crítico en la zona. La bruma ocasionada por el humo procedente de una serie de incendios en Canadá sigue expandiéndose por el noreste de Estados Unidos y la calidad del aire continúa siendo insalubre, una situación que durará varios días.
Cerca de 100 millones de habitantes permanecerán en alerta por el riesgo de inhalar aire potencialmente dañino de los cientos de incendios forestales que se están produciendo en Canadá, cuya nube de humo ha sido detectada visiblemente por los satélites de la NASA estadounidense.
A través de un comunicado, la NASA explicó que, aunque el humo de los incendios forestales de Canadá suele pasar a Estados Unidos varias veces en verano normalmente pasa desapercibido porque está relativamente alto en la atmósfera y porque los vientos suelen mover el humo hacia el este y hacia el mar.
Este no ha sido el caso actual y, a consecuencia de un fenómeno meteorológico conocido como «baja presión costera», el humo se desvió hacia el sur y el este de EE. UU. y degradó la calidad del aire a nivel de la superficie que respiran millones de personas.
«La contaminación por humo de la superficie desde Nueva York hasta la región de DC es la más significativa desde julio de 2002, cuando ocurrió una situación similar», apuntó el científico de la NASA, Ryan Stauffer.
Tras las insólitas imágenes publicadas en las redes y medios de información, con icónicas construcciones envueltas por una nube de humo naranja, se anunció en toda la región la alerta púrpura, que generaliza a toda la población, las medidas de precaución que se deben tomar, entre ellas no salir a la calle salvo que sea «absolutamente necesario» y se recomienda el uso de mascarillas, como la N95, para quienes tengan que realizar actividades en el exterior.
Filadelfia y Harrisburg, en Pensilvania, y otras grandes ciudades como Baltimore, Newark, Pittsburgh, Detroit, Cleveland, Cincinnati o Indianápolis, fueron las más afectadas el jueves.
Según el director de la Agencia de Seguridad Nacional y Manejo de Emergencias (HSEMA), Christopher Rodriguez, no será hasta noche del viernes cuando la calidad del aire empiece a mejorar, gracias a que los vientos cambiarán. Para el lunes se espera que la mejoría ya sea significativa.
Los problemas de visibilidad causados por el humo que cubre los cielos de la región llevaron a la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) a detener momentáneamente los vuelos con destino a Filadelfia y LaGuardia y a retrasar todos los dirigidos a Newark.
Los últimos datos de las autoridades canadienses señalan que desde enero las llamas han consumido 3,8 millones de hectáreas de bosque, cuando la media desde 1990 es que los incendios forestales quemen un total de 2,5 millones de hectáreas al año. Son 400 incendios forestales que siguen activos en ese país, casi la mitad está fuera de control. Solo en la provincia de Quebec se registran 150 incendios forestales.