La narración de historias existe desde hace miles de años. Primero comenzó con historias visuales en las que los primeros habitantes de las cavernas pintaban en las paredes. Luego surgieron las tradiciones orales donde las historias se transmitían de generación en generación de boca en boca. Hoy en día, la mayor parte de la narración se transforma en narraciones escritas que se mecanografían e imprimen en libros con o sin imágenes.
Para los niños, la narración de cuentos, también conocida como Storytime, es una de las experiencias de aprendizaje más influyentes que un niño puede tener, porque les ayuda a aprender sobre sí mismos y sobre los demás a través de las vidas de los personajes de la historia.
Las investigaciones han demostrado que aumenta el vocabulario, mejora las habilidades de alfabetización y mejora las habilidades sociales.
¿Recuerdas la hora del cuento con tus profesores cuando eras niño? Me encantaba sentarme en la alfombra con mis compañeros y escuchar a mi maestra leer el cuento en clase. Me aferraría a cada palabra de mi maestra y me empaparía de todas las imágenes y colores de las imágenes. Esas primeras experiencias de Storytime hicieron que la lectura fuera divertida para mí y mis compañeros de clase. Por lo tanto, se podría pensar que cuantos mayores sean los niños, más interesados estarán en leer cuentos sólo por diversión. Desafortunadamente, ese simplemente no es el caso.
Una encuesta realizada por la Evaluación Nacional del Progreso Educativo (NAEP) entre 2019 y principios de 2020 reveló que “la proporción de niños estadounidenses de entre 9 y 13 años que dicen que leen por diversión casi a diario ha disminuido desde hace casi una década”. Están en los niveles más bajos desde al menos mediados de los años 1980”. Aumentar esos niveles bajos puede parecer un poco imposible solo para ti y para mí. ¡Pero te aseguro que no lo es!
Sólo necesitamos hacer una cosa; exponer constantemente a nuestros niños a experiencias de “la hora del cuento” para que cultiven buenos hábitos de lectura.
Los padres y maestros de todas las edades, culturas y religiones saben muy bien que desarrollar buenos hábitos en los niños no se logra de la noche a la mañana. Entienden que al niño se le debe enseñar activamente a formar los hábitos deseados con repeticiones. De hecho, los estudios han demostrado que un niño tarda aproximadamente dos meses en adquirir un hábito vinculado a la rutina diaria. Dado que ese es el caso, cuanto más se exponga a los niños a las experiencias de “la hora del cuento”, mayor será su hábito de lectura.
El sábado 18 de noviembre, de 3:00 p. m. a 5:00 p. m., Esperanza Art Center organizará un evento de Historias infantiles latinas donde los niños conocerán a autores latinoamericanos de una manera interactiva, artística y súper divertida. Es el entorno perfecto para desarrollar el hábito de lectura de su hijo.
Usted y yo podemos aumentar el nivel más bajo de interés de los niños por la lectura que se haya registrado desde la década de 1980, exponiéndolos a experiencias como el evento de Historias Infantiles Latinas. Si hacemos esto, nuestros hijos desarrollarán buenos hábitos de lectura con el potencial de extenderse de generación en generación; tal como comenzaron los orígenes del Storytelling.