Nilda I. Ruiz, Presidente y CEO

Los eventos del 6 de enero en el Capitolio fueron una increíble vergüenza, y fue un día triste para todos los que amamos a este país.

Si bien, los alborotadores no deberían haber podido entrar en el Capitolio, las autoridades pronto volvieron a tomar el control del edificio. Los miembros del Congreso demostraron su determinación de nunca permitir que los insurrectos determinen cuándo los congresistas deben ocuparse de los asuntos del pueblo, y volvieron a la sesión, terminando la tarea de certificar al próximo presidente, debidamente elegido. Sus acciones esa noche demostraron que nuestra democracia es y seguirá siendo fuerte.

Durante la tarde de violencia vi, como estoy seguro que ustedes también vieron, las imágenes de personas caminando por el Capitolio mientras portaban la bandera confederada. La representación de este fanatismo y odio no es nueva; hemos estado luchando contra estos problemas desde la década de 1960 y es una de las razones por las que APM se formó en 1970. Cuando algunos veteranos puertorriqueños regresaron de Vietnam, vieron cómo nuestra comunidad necesitaba ayuda, y la injusticia que se estaba cometiendo con las comunidades negras; es así como decidieron unirse a la lucha por los derechos civiles y se formó la Asociación Puertorriqueños en Marcha. Hoy, en APM decimos con orgullo que somos de todos y para todos. Queremos esto para toda América. Todos somos iguales y todos merecemos ser tratados con dignidad y respeto.

Esto no significa no reconocer que hay profundas divisiones en este país que necesitan ser sanadas. Pero nunca, nunca, hay una excusa válida para la violencia. Si no estamos de acuerdo entre nosotros, debemos ser respetuosos el uno con el otro. Necesitamos mantenernos firmes en nuestra creencia en la promesa de este país, que aún no se ha cumplido para todos, de que todos son creados iguales y que todos en los Estados Unidos merecen ser felices. Esa es también la promesa de este país: la búsqueda de la felicidad.

Por favor, no se desanime por los acontecimientos del 6 de enero. Los alborotadores eran un pequeñísimo grupo de personas, en comparación con los cientos de millones de estadounidenses, y no representan a la abrumadora mayoría de nuestro país. Confío en que nuestro sistema judicial se ocupará de ellos de manera adecuada.

Recuerde: a pesar de nuestras diferencias, todos somos estadounidenses. Hemos tenido tiempos oscuros en nuestra historia y los hemos superado. También superaremos estos tiempos y seremos más fuertes por ello.

¡Dios los bendiga a todos y a cada uno!
Nilda I. Ruiz, Presidente y CEO
Asociación Puertorriqueños En Marcha, Inc (APM)

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