El capitán del Distrito 25 del Departamento de Policía de Filadelfia, Javier Rodríguez, tomó el cargo de inspector a finales del 2021, lo que lo hace ser el unico latino actualmente que ocupa este cargo. Otros latinos con alto rango fueron el Chief Inspector Jose Melendez (primer latino capitan, inspector, y Chief Inspector), inspector Sonia Velázquez. (primer latina teniente, capitan, e inspector), y el inspector Danny Castro.
LA COMUNICACIÓN ES LA CLAVE
Crear oportunidades para conversar con los vecinos es una de las principales estrategias que promueve el nuevo inspector entre sus oficiales. “Hay que oírlos, conocer sus necesidades y problemas para poder ayudarlos a no ser víctimas del crimen… cambiar esa idea en los migrantes de que, la policía es igual a las de sus países”,dijo en una conversación con Impacto. En su jurisdicción, que abarca los barrios comprendidos entre la avenida City Line y el aeropuerto internacional, tiene bajo su mando a los capitanes de los distritos policiales 12, 16, 18 y 19.
LOS CAMBIOS DESDE DENTRO
Desde muy joven a Rodríguez le preocupó lo que observaba en Fairhill, barrio en el norte de la ciudad donde nació y se crio este descendiente de boricuas. Mencionó haber pensado alguna vez que la policía estaba en contra de los latinos y las minorías “los cambios no pueden venir desde afuera, puedo hacer más si estoy dentro del Departamento”. Entró a la Academia de policía luego de estar en la Infantería de Marina. Como oficial sirvió en el área de Kensington donde pasó parte de su infancia. “Cuando conoces el barrio es más fácil, solo tienes que aprender a ser policía”,señaló.
Como sargento, Rodríguez fue responsable de las unidades tácticas y de narcóticos, supervisó operaciones relacionadas con la investigación de delitos de posesión y venta ilegal de estupefacientes. Situación que se ha venido agravando con los años. “Es un problema al que la gente ya se ha acostumbrado, y esto no debe ser así” comentó. Los programas de la Ciudad para atender problemas de salud mental, manejo y resolución de conflictos son alternativas de prevención que se deben aprovechar, “entiendo el problema y tengo compasión por estas personas, pero ello no los justifica; si cometen un crimen y hay una víctima, tenemos que tratarlos como tal”, puntualizó. La policía recibe llamadas que no son de su competencia, y debe orientar al vecino, sin embargo, el inspector exhorta al público a que siga presentando sus quejas a las dependencias encargadas para que los problemas se resuelvan.
LABOR DE ALTO RIESGO
Los oficiales arriesgan sus vidas en las calles; a la pregunta de cómo sobrellevar la carga emocional, el estrés e impacto psicológico al que se exponen, el inspector respondió: “tienes que poner esas cosas atrás, lo reprimes, trato de recordar algo que me hizo sentir bien o incluso que me hizo reír”, nos dijo. Cuando la gente lo ve puede que se sorprenda, pero este es un modo que usan los agentes para librarse del estrés. Hablar con otros permite desahogarse, algo que no es fácil para los varones. “Lo primero es quitarse el machismo, para poder hablar de tus sentimientos, entre unos y otros, y sobre todo con el compañero”, mencionó el inspector. Las familias de los oficiales también reciben información y entrenamiento para enseñarles a reconocer si se presentan cambios de conducta y solicitar la ayuda necesaria, “los familiares no son expertos, pero son los primeros en notar de que algo no anda bien” subrayó.
FAMILIA BORICUA
Javier Rodriguez es un rostro sobresaliente en la comunidad, no solo por su gran altura, es un hombre que forma parte fraterna del barrio. Durante todos los años de servicio, ha abrazado muchas causas, está realmente inmerso en diversas actividades que lo han hecho un policía atípico en cuanto a su verdadera cercanía con la colectividad. Alegre, trabajador, buen amigo, así lo describen sus amigos y camaradas. Es por ello por lo que tanto la comunidad latina como su gremio, celebraron su ascenso.
Cuando no está trabajando el inspector Javier disfruta de la lectura, y actualmente está estudiando de nuevo. Aunque también practicaba deporte en especial entrenándose en el atletismo, en el maratón del invierno pasado se lastimó, por lo que lo ha tenido que dejar. Le agrada descubrir lo que encierran los países de Latinoamérica, pero para vacacionar nada mejor que la Isla del Encanto, Puerto Rico, tierra de su madre y sus cuatro abuelos. Su padre al igual que él, nació en Filadelfia. Tiene dos hijos y su esposa María Ortiz-Rodríguez, también de la diáspora puertorriqueña, es capitana de policía, lo que los convierte en dos de los cuatro latinos de más alto rango en el Departamento del Policía de la Ciudad.
SOLO NO SE PUEDE
Rodríguez fue claro al indicar que el trabajo policial no puede estar desligado de la colaboración con los grupos comunitarios que existen en los vecindarios, “no somos enemigos y estamos tratando de mejorar la calidad de vida de la ciudadanía, pero no podemos hacerlo solos”. En cada distrito policial, el oficial a cargo de la comunidad asesora a los grupos interesados en ser parte de esta colaboración, basta con llamar al 311. Para el inspector el ser bilingüe tiene sus ventajas, “puedo hablar con la gente, ellos confían en quien habla su mismo idioma, porque nos podemos entender”. Y en una ciudad multicultural como la nuestra, la barrera del idioma crea temor en el público. Aunque se cuenta con oficiales bilingües su número es limitado, “necesitamos más oficiales de todos los países, esta es una ciudad internacional y el Departamento de Policía debe representar a la gente de la comunidad, desde aquí vamos a hacer el cambio juntos”. Javier Rodríguez ha sido el primero, pero no quiere seguir siendo el único latino en haber llegado a ser inspector del Departamento de Policía de Filadelfia; por ahora lo es, y lleva el cargo con mucha honra, a pesar de las múltiples dificultades en una ciudad con tanto crimen violento.
(Fotos: Cortesía/Inspector Javier Rodríguez/Quetcy Lozada/Gabriela Gabriel Páez)