José A. Delgado es corresponsal en Washington D.C. de El Nuevo Día, el periódico de mayor circulación en Puerto Rico.
El periodista boricua, apasionado del béisbol, estudió la carrera de comunicaciones públicas en la Universidad de Puerto Rico, con la idea de cubrir las noticias de este popular deporte en su tierra natal; sin embargo, poco a poco le fue interesando más la política, y tan pronto terminó la carrera comenzó a trabajar en los medios de comunicación en temas de asuntos gubernamentales y políticos, lo que lo ha caracterizado por más de 37 años.
“La política también es un deporte”
Por casi 17 años trabajó con la Agencia Española de Noticias, en Puerto Rico, cubriendo los asuntos políticos estadounidenses desde el Congreso, pero sin perder de vista a su isla. En 2001, El Nuevo Día lo contrató para sustituir a su principal corresponsal, con la tarea de cubrir los asuntos de la Casa Blanca, pero con atención en las cuestiones de la diáspora puertorriqueña en Washington, Filadelfia, Nueva York, y Florida.
MIGRACIÓN PUERTORRIQUEÑA
La ambigüedad que provoca el estatus de Puerto Rico, siendo un Estado Libre Asociado, cuyo territorio no incorporado a EE. UU. por lo que se considera una colonia, ha provocado según Delgado, que los puertorriqueños se vean en un limbo, sin embargo, reconoce que la identidad puertorriqueña es muy fuerte y que sigue al boricua donde quiera que vaya, y a la vez que hay muchos boricuas que también se sienten estadounidenses.
Los que se han quedado en la isla, están enfrentando muchos retos para invertir y salir adelante, y los que han migrado a EE. UU. no se han integrado completamente al sistema político. “Muchos de los migrantes puertorriqueños en EE. UU. son profesionales, que incluso son buscados y traídos, en parte por ser bilingües y en parte para cubrir la demanda laboral del país”.
Históricamente la comunidad puertorriqueña tiende a no vincularse completamente al sistema político estadounidense, como se ha visto en Nueva York, y particularmente en Kissimmee, Florida (nuevo epicentro de la diáspora puertorriqueña), donde después de que los boricuas llegan y residen por más de 5 o 10 años, todavía se interesan en mirar más medios de comunicación hispanos. En este tema, Delgado agrega que las organizaciones comunitarias, cívicas, y partidos políticos tienen un reto importante al tratar de educar y vincular a la diáspora a la sociedad estadounidense con un sistema nuevo, ya que asuntos como votar en juntas escolares, tasadores, u oficiales jurídicos, son puestos que en PR no existen, por tanto, considera que es necesario dar más información, y hacer que la comunidad puertorriqueña poco a poco se involucre más con la política de EE. UU.
“Además, es muy importante promover y nombrar más representantes boricuas para gobernantes municipales, locales, de condados, de estado, etc., y que la diáspora se vea más identificada”.
INVERSIONES CONTROVERSIALES
De acuerdo con Delgado, después de la tragedia del huracán María, se incrementó la inversión de millonarios estadounidenses, comprando propiedades abandonadas o libres en el mercado, donde la cantidad de dinero que han ofrecido por algunas localidades en la zona metropolitana como en el interior del país ha ido por encima del nivel del mercado, generando compras excesivas, temiendo que el mercado se desestabilice y que el acceso de los puertorriqueños a propiedades pueda disminuir grandemente debido a una sobrevaloración de las propiedades.
Desafortunadamente con la ley 60, antes leyes 20 y 22, que permite a inversionistas extranjeros o a personas que no han vivido en PR desde los últimos 15 años, invertir ahí y tener privilegios contributivos especiales, no se ofrecen a los propios residentes de PR, que son quienes trabajan ahí y quienes han generado empleos. Leyes que se han criticado porque los incentivos se ofrecen con un mínimo de requisito de empleos a crear. Un debate que, en cierta medida, es muy cercano al debate de gentrificación que se ha visto en ciudades de EE. UU.
Por otro lado, esta administración, a diferencia de la de Trump, ha permitido eliminar restricciones para acceder a fondos de emergencia destinados para la reconstrucción de la isla tras el huracán y los terremotos, tener acceso a la ley del rescate económico que estaba más centrada en combatir la pandemia, donde la asistencia boricua fue importante, y donde se añadió acceso al crédito contributivo infantil, y se dio financiamiento de las ¾ partes del crédito por trabajo que existe en PR.
También hay muchos puertorriqueños que están invirtiendo. En la isla se ha abierto una nueva generación de jóvenes emprendedores post-huracán María, que están innovando y haciendo su propio negocio, desde el sector agrícola hasta el restaurantero, quienes han vivido casi toda su vida en un lugar en crisis, con problemáticas sociales, económicas y ambientales, debido a desastres naturales. José confía mucho en esta generación de jóvenes que prefiere ser dueño que ser empleado.
LA RELEVANCIA DEL PERIODISMO
Para José Delgado, definitivamente el rol del periodismo para ayudar a crear soluciones es ¡fiscalizar!, fiscalizar al gobierno, a los políticos, y traer a la atención del ciudadano las cosas que se están haciendo bien, como las que se están haciendo mal. “Una responsabilidad fundamental del periodismo es informar, educar y fiscalizar con fuerza a las autoridades gubernamentales porque del buen periodismo depende que la gente esté bien informada para que tome buenas decisiones”.
Por cuestiones económicas se ha visto una triste disminución de periodistas locales y corresponsales internacionales, lo que nos obliga a mirar otros medios alternativos como los medios de comunidades locales. “Mi consejo para el ciudadano es que se informe de diferentes fuentes, evite las noticias falsas, y forme sus propias perspectivas”.
Gracias a periodistas con rigor, y con la larga e integra trayectoria de José A. Delgado, nuevas y viejas generaciones pueden contar con un faro preciso y consistente, que nos seguirá iluminando el complicado mundo de las comunicaciones y de la información, ayudándonos a hacer un análisis propio y tomar decisiones en consecuencia.