Son muchos los inmigrantes que viven la experiencia de ser indocumentados y cuando se presenta la oportunidad ayudan a sus comunidades. Tal es el caso de Fernando Javier Torres Sánchez, nacido en 1996 en San Cristóbal, una ciudad venezolana de la región andina próxima a Colombia. “Mi abuelo tenía una visión de lo que venía para Venezuela”, recuerda. Por tanto, emigró a los 15 años a Estados Unidos con el deseo de ser astronauta.
Este sancristobalense fue a vivir a casa de su tío en Phoenix, Arizona. Su primera prioridad fue aprender inglés en la escuela secundaria, la cual era gratuita. Consiguió un trabajo mientras iniciaba sus estudios poco a poco, al tiempo que enviaba dinero a su mamá. “Como muchos inmigrantes, comencé a trabajar de lavaplatos, a limpiar casas, lavar carros y a cortar céspedes”.
Se dio cuenta de que antes de ser astronauta, se necesitaba ser piloto de la fuerza aérea y estadounidense de nacimiento. De ahí que decidió matricular ingeniería aeroespacial, carrera que cursó en la Universidad Estatal de Arizona. Después de graduarse fue asistente en esa profesión por dos años.
Cuando Joe Arpaio, alguacil del condado Maricopa, implementaba el perfil racial y realizaba detenciones ilegales contra la comunidad latina, llevaba a cabo redadas y detenciones por tráfico. “Se hacían redadas en los restaurantes donde había latinos, así como en los lugares de trabajo de corte de céspedes”.
Fue entonces cuando Fernando decidió mudarse a Pensilvania, en 2006, donde continuó trabajando como diseñador de partes de aviones en Lansdale. Después de vivir ocho años en la región, un connacional lo refirió a Casa de Venezuela, fundada en 2004. Comenzó de voluntario en 2015 para luego hacer recaudación de fondos para los necesitados. Se convirtió en presidente de la organización de 2016 a 2019 y ayudó a elaborar un plan estratégico de tres años.
En 2014 la situación financiera era muy dura en Venezuela y para 2016 hubo una ola de inmigrantes de ese país sudamericano. “Hubo un cambio de visión en Casa de Venezuela y aparte del arte y cultura comenzamos abogacía para la comunidad”.
PARTICIPACIÓN EN EL TPS
Siempre le interesó la política que aprendió de su abuelo y su mamá, quienes le enseñaron que hay que elegir a funcionarios que representen a la gente. Junto con miembros de Casa de Venezuela participó en lograr el Estatus de Protección Temporal (TPS, por su acrónimo en inglés). Parte de la estrategia fue concientizar a congresistas.
Brendan Boyle, representante del segundo distrito del noreste de Filadelfia les sugirió que fueran a tocar puertas a Washington, D. C. “Tenemos doctores, arquitectos, ingenieros, entre otros profesionistas, y preparamos un paquete con recortes de los periódicos The New York Times y el Washington Post para informar y concientizar a los congresistas sobre la crisis humanitaria en Venezuela y la importancia de otorgar el TPS”.
La primera fase de este proceso fue el trabajo de concientización en los estados de Delaware, Pensilvania y Nueva Jersey, el cual rindió sus frutos. Se hicieron eventos a través de la Universidad West Chester y en la Universidad en Delaware, así como a través de la ciudad de Filadelfia, tanto en el Ayuntamiento como en la Universidad Temple.
“Entonces se llegó a la fase dos y en ella los funcionarios empezaron a preguntar en qué podemos ayudar”, señala.
El expresidente Donald Trump no quiso aprobarla y aunque muchos republicanos votaron por esa propuesta de ley, el Senado, en ese entonces de mayoría republicana, no lo hizo. Incluso, el senador republicano Marco Rubio y el senador demócrata Bob Menéndez, ambos de origen cubano, no empujaron la propuesta.
“Logramos la victoria cuando en los primeros cien días de la Administración del presidente Joe Biden se aprobó la extensión del TPS que incluye a los venezolanos”
Desde 2021, el Departamento de Seguridad Nacional, que supervisa el programa TPS, ha añadido a Afganistán, Camerún, Myanmar, Ucrania y Venezuela a la lista de países cuyos inmigrantes pueden cualificar para este estatus de protección temporal. También ha extendido los términos de elegibilidad para inmigrantes de la mayoría de los países que ya están cubiertos por dicho programa.
El centro de investigación PEW estima que 472,000 venezolanos son inmigrantes nuevos elegibles para el TPS, lo que les permite mayor facilidad a la hora de obtener la autorización para trabajar en Estados Unidos.
Cuando pidieron un TPS para los venezolanos también pidieron una reforma migratoria; algo parecido a lo que sucedió con la comunidad cubana en los ochenta. La fase tres sería como lograr una protección a largo plazo y permanente.
Respecto a la falta de una reforma migratoria, Fernando afirma que “no hemos exigido una reforma como latinos porque no nos hemos unido”.
Este activista venezolano es miembro de la Comisión de Pensilvania para Asuntos Latinos desde 2022; su historia es una muestra de la de muchos venezolanos que han venido a enriquecer la panorámica sociodemográfica, económica y cultural de Estados Unidos.