Edwin Desamour
Filadelfia.- Estoy tratando de resolver un brumoso sentimiento de desconcierto mientras veo que todos estos eventos se desarrollan a mi alrededor … cada vez que pienso, «posiblemente no puede empeorar», de alguna manera hay algo que es peor. Ayer conduje por mi comunidad y vi negocios y tiendas incendiados. Lugares que pasé hace solo un mes, se han ido.
Nuestra comunidad, ya enterrada en condiciones de vida traumáticas y dificultades increíbles, se enfrenta a otro enemigo horrible. Sin lugar a dudas, lo que sucedió la semana pasada fue un escándalo que se sintió en todas las ciudades, grandes y pequeñas, en nuestro país. Por supuesto, esta indignación ha provocado mucha ira y amargura, que ahora está culminando en una pérdida destructiva de control en muchos lugares. Nuestra comunidad está sufriendo, nuestra nación está sufriendo, antes de la pandemia, estábamos avanzando mucho y habíamos llegado tan lejos. Me he preguntado, «¿qué hacemos ahora?» muchas, muchas veces en las últimas 72 horas.
Creo que nosotros, como comunidad, estamos en una encrucijada … un lugar donde tendremos que tomar decisiones que podrían llevarnos a un lugar maravilloso, nuevo o más luchados. Lo que tendremos que hacer es determinar qué pasos debemos tomar para resolver esto, independientemente del camino que elijamos. En este momento, no tengo las respuestas, solo las mismas preguntas que todos los demás. Mi teléfono ha estado sonando constantemente, mi negocio se ha incendiado, mi hijo fue arrestado por saqueo, ojalá supiera qué decir para solucionarlo. De lo único que estoy seguro en este momento es que no podemos responder desde un lugar de emoción. Tenemos que aprovechar toda la paciencia que poseemos para sentarnos y no entrar en pánico; observar pacientemente la situación; hablar con las personas; averiguar las necesidades; y luego responden con un plan para seguir juntos.
Creo que al final de cada tormenta, las nubes se despejarán y el sol volverá a salir. Hay una luz al final de este túnel, no importa cuán lejos, aunque sea tenue. Nuestra comunidad ha surgido de las cenizas más de una vez; y como el fénix, creo que volverá a surgir. Estoy seguro de que, a medida que avanzamos, se necesitará mucha fuerza, empatía, amabilidad, paz y paciencia para dar estos pasos. Sé que todavía no podemos tirar la toalla, lo hemos hecho antes y podemos hacerlo de nuevo. Solo tenemos que recoger las piezas y volver a colocarlas una por una.