En 2007, la Asamblea General de Naciones Unidas declaró el 2 de abril como el Día Mundial de la Concientización sobre el Autismo, con la intención de sensibilizar y sensibilizara la población sobre las condiciones del espectro autista.
El trastorno del espectro autista (TEA) es una condición del neurodesarrollo que afecta a aproximadamente uno de cada 100 niños en el mundo, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Se caracteriza por dificultades en la comunicación e interacción social, además de patrones de comportamiento repetitivos o restringidos. Aunque los signos pueden aparecer en los primeros años de vida, en muchos casos el diagnóstico se retrasa, lo que limita el acceso a intervenciones tempranas que podrían mejorar significativamente la calidad de vida de quienes lo padecen.
Diversidad en el espectro autista
Las personas con autismo presentan una amplia diversidad en cuanto a capacidades y necesidades. Algunas pueden desarrollar autonomía y llevar una vida independiente, mientras que otras requieren apoyo constante. Además, el TEA suele estar acompañado de afecciones comórbidas, como epilepsia, ansiedad, depresión y trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH). También pueden experimentar dificultades para dormir y conductas autolesivas en algunos casos.
El impacto del autismo no solo afecta a quienes lo padecen, sino también a sus familias, que a menudo enfrentan dificultades para acceder a educación especializada, atención médica adecuada y oportunidades laborales que favorezcan la inclusión de sus hijos en la sociedad.
Causas y desmitificación de falsas creencias
Los estudios científicos han determinado que el autismo es causado por factores genéticos y ambientales, aunque todavía se investiga la interacción entre ellos. Sin embargo, es importante resaltar que la evidencia científica ha demostrado que las vacunas no tienen ninguna relación con el desarrollo del autismo. Esta conclusión se basa en numerosas investigaciones que han desacreditado estudios anteriores que vinculaban falsamente la vacuna triple viral (sarampión, paperas y rubéola) con el autismo.
Asimismo, se ha confirmado que otros componentes de las vacunas, como el tiomersal y el aluminio, no aumentan el riesgo de desarrollar esta condición. A pesar de esta información, la persistencia de estos mitos ha llevado a una disminución de la cobertura de vacunación en algunos países, lo que representa un riesgo para la salud pública.
Atención y derechos de las personas con autismo
El acceso oportuno a intervenciones psicosociales basadas en evidencia puede ayudar a mejorar las habilidades de comunicación y adaptación de las personas con autismo. Según la OMS, es crucial que los sistemas de salud incluyan seguimientos del desarrollo infantil para detectar signos de TEA a tiempo y ofrecer apoyo a las familias.
Además, las personas con autismo tienen los mismos derechos a la salud, la educación y la participación en la sociedad que el resto de la población. Sin embargo, enfrentan discriminación y barreras estructurales, que incluyen la falta de servicios adecuados, desconocimiento por parte del personal médico y exclusión en entornos educativos y laborales.
Las personas con TEA también pueden ser más vulnerables a la violencia, el abuso y el acoso, por lo que es fundamental implementar políticas públicas que promuevan la accesibilidad y la inclusión en todos los ámbitos.

Respuesta de la OMS y esfuerzos globales
En 2014, la Asamblea Mundial de la Salud adoptó una resolución titulada Medidas integrales y coordinadas para gestionar los trastornos del espectro autista, con el respaldo de más de 60 países. La iniciativa insta a los gobiernos a fortalecer sus sistemas de salud para ofrecer mejores servicios a las personas con TEA y sus familias.
La OMS ha desarrollado estrategias para:
- Mejorar la detección temprana y el diagnóstico del autismo.
- Brindar formación especializada al personal de salud para mejorar la atención.
- Impulsar políticas de inclusión en educación y empleo.
- Reducir la discriminación y el estigma asociados al TEA.
El Plan de Acción Integral sobre Salud Mental 2013-2030 de la OMS y la resolución WHA73.10 de la Asamblea Mundial de la Salud refuerzan el llamado a los países para mejorar la atención y el apoyo a las personas con autismo.
A medida que crece la conciencia sobre el TEA, expertos y organizaciones en todo el mundo continúan trabajando para eliminar barreras, fomentar la inclusión y garantizar una mejor calidad de vida para las personas con autismo y sus familias.