El nombre del activista y defensor de derechos civiles Wilfredo Rojas, no necesita mucha presentación en el área de Filadelfia y el Sur de Nueva Jersey. “Wil”, nació en un Día del Amor, el 14 de febrero de 1952 y falleció el 5 de abril de 2025; justo el día en que se manifestaron cientos de miles de personas en cientos de ciudades de EE. UU., protestando por las acciones de la actual Administración.
El 10 de abril lo despidieron cientos de personas en la iglesia Saint Peter the Apostle en Filadelfia. Lideres de diversos ámbitos, y de distintas generaciones, entre lágrimas y augurios que su legado sirva de ejemplo e inspiración para todas las vidas que tocó, presenciaron los honores de agentes del orden, que a pocos le son reservados.

Su paso a otra vida fue celebrado con reconocimiento y gratitud entre sus amigos, conocidos, familiares y centenares de residentes que fueron impactados y beneficiados por sus múltiples iniciativas en favor de las comunidades hispanas del área triestatal.
Wil, fue pionero en las luchas latinas y se mantuvo activo en múltiples causas, por lo que es uno de los rostros más reconocibles entre los defensores de los más vulnerables, de los pobres, hispanos, inmigrantes, y demás marginados de la zona.
Wil conoció desde niño la hostilidad étnica, por la forma como se sintió maltratado en la Escuela Primaria San Malachy, y luego en la San Pedro Apostol, donde la mayoría de los niños eran blancos. Juan F. Ramos, el segundo latino en llegar al Concejo Municipal de Filadelfia, organizó una huelga para protestar por el maltrato, en la que lo ayudó a organizar, como relató en una entrevista de Impacto en el 2021.

En la escuela Penn Treaty Junior High School, Wil trabajó junto con un compañero negro para crear un comité con estudiantes blancos y desactivar la animosidad racial que afectaba a tantos alumnos. “Esto me inculcó la pasión por defender la libertad, la justicia y la igualdad”, afirmó en esa ocasión. Poco después conoció la organización de Derechos Civiles los “Young Lords”, con la que organizó ocupaciones, tomas de poder, mítines, marchas y otras formas de desobediencia civil pacífica para llamar la atención sobre problemas que afectaban de manera desigual a los miembros de los grupos marginados.
Wil conoció las dificultades y estrecheces que pasan muchas familias inmigrantes del área, y esto, sumado a la experiencia en los colegios, le proporcionó la inspiración para orientar su vida profesional hacia la defensa de los que no tenían voz.

También sirvió como supervisor de trabajo social del Sistema Penitenciario de Filadelfia para adultos, donde trabajó por 25 años, y contribuyó a aumentar la diversidad racial del personal, alentando a los reclusos negros, blancos, latinos, musulmanes, cristianos y judíos a trabajar juntos. Esta experiencia le ayudó a ampliar su gran bagaje como activista, defensor de derechos civiles y promotor de desarrollo humano entre los jóvenes presos y marginados.

En mayo de 1979, Rojas enfrentó una crisis de salud a causa de un aneurisma cerebral que puso en peligro su vida y requirió una cirugía extensa, lo que al final afectó su movilidad pero eso no lo detuvo y siguió trabajando como asistente legal en el “Community Legal Services».
En 2015 Wil sufrió un duro golpe, cuando su hijo, Alex Rojas García, de 34 años, fue asesinado por Leonaldo Rivera el 24 de enero. Tanto él como Aleida García, madre de Alex, iniciaron una lucha incansable hasta recibir justicia, tras obtener la cadena perpetua para Rivera. Ambos cofundaron la “Alianza Nacional para la Justicia de Homicidios”.
En su larga trayectoria en activismo, fue fundador o cofundador de muchas organizaciones enfocadas en la protección y defensa de las minorías en temas como la igualdad ante la justicia. Fue cofundador y director de la Oficina de Alcance y Justicia Comunitaria del Sistema de Cárceles de Filadelfia; cofundador de la Alianza Puertorriqueña y del Congreso Nacional por los Derechos de los Puertorriqueños Región de Filadelfia; y fue el primer vicepresidente y director de comunicaciones de la NAACP del condado de Gloucester.
Su activismo contribuyó al avance social, económico, educativo y político de los latinos, las mujeres y los negros. De hecho, muchos ex miembros de los grupos que fundó o apoyó se convirtieron luego en miembros respetados de los medios de comunicación, líderes religiosos, políticos, educadores y emprendedores en diversos campos.
Por su larga trayectoria en activismo, en 2017 Wilfredo recibió el “Dr. Martin Luther King Jr., Jefferson Award por la Justicia”.
Obtuvo su licenciatura en Servicios Humanos, y una maestría en Educación en la Universidad Antioch, de Filadelfia. Se desempeñó como presentador de programas de radio, periodista comunitario y columnista independiente de reconocidos medios de prensa de la región, como el Philadelphia Inquirer, el Philadelphia Business Journal, el Daily News, el Atlantic City Frontrunner, el South Jersey Journal, y en Impacto tuvimos el privilegio de contar no solo con su pluma, si no con su guía.
Wil Rojas parte dejando una profunda huella de servicio, entrega y sacrificio hacia su comunidad, en especial hacia aquellos más necesitados de una voz por su defensa, como lo prueban los muchos reconocimientos en vida, pero su legado continuará impactando y la mejor manera de honrarle, como expresaron algunos de los oradores de su funeral, es seguir su ejemplo.
Impacto lamenta su partida, y extiende sus condolencias a su esposa Carmen, y a todo su círculo familiar y de amistades por tan sentida pérdida, no solo para los suyos, si no para toda la comunidad.
Dentro de los cientos de asistentes a su despedida, estuvieron Carmen Febo, Micheal Resnick, Comisionado de Prisiones, Loretta Winters, Rev. Rodger Zepernick, Noel Hernandez CLS, Hiram Carmona, jubilado de City Housing, Damaris Martinez, activista y amiga de la infancia, así como Maria Mills Torres; Lee Kurtz, Cecelia Reyes, Patricia DeCarlo, Harry Mirach, Nayda Cintron, Carlos Vega, Roz Pichardo, Pedro Rodriguez, Sara Manzano, Nelson Díaz, Will González, y el Rev. Luis Cortés.
OBITUARY
Since the 1960s, Wilfredo has tirelessly worked to help others. Wil, as he liked to be called, passed away on April 5, 2025, at 73, surrounded by his wife, Carmen, children, and loving extended family. Wilfredo Rojas dedicated his life to positively impacting the lives of others.
Wilfredo «Wil» Rojas, M.Ed., was born in the small rural town of Yabucoa, Puerto Rico. His family moved to Philadelphia when he was six years old. He attended St. Peter the Apostle Catholic School, where he also served as an altar boy. He is the retired co-founder and first director of the Philadelphia Prison System’s executive-level Office of Community Justice and Outreach and a current member of the East Greenwich Township Joint Planning/Zoning Board. Co-founder of a host of influential organizations focused on issues of equality and justice, which includes being the longest-serving president of the Philadelphia National Congress for Puerto Rican Rights, first vice president and communications chair of the Gloucester County NAACP, and co-founder of the Young Lords. Wilfredo was also a fourth-degree knight with the Knights of Columbus. He also wrote columns for community papers and is in several books and documentaries.
Following his retirement from the Philadelphia Prison System in 2012, he jumped into action again for justice. He and Aleida García’s 34-year-old son, Alejandro Rojas-García, was murdered on January 24, 2015. Wilfredo, always the warrior for justice, joined Aleida García in co-founding the non-profit 501 (c-3) National Homicide Justice Alliance.
Wilfredo was an avid Phillies and Eagles fan. He regularly hosted Super Bowl parties at his house. Wil loved spending summers in Wildwood, New Jersey, and he would look forward to the family’s annual trips. He also loved going to Disney and Disney cruises
He is survived by his wife of twenty-nine years, Carmen Marrero, a bilingual school psychologist; his four living children, Enid, Rebecca, Juan Neumann, and Veronica Santina; and his stepson, Nelson Rosa-Cintron, as well as his nine grandchildren and nine great-grandchildren. He was predeceased by his son, Alejandro Rojas-Garcia, his grandson, Edinelson Mendez, Jr, and an infant daughter, Rachel Gianna. Wilfredo loved his family.
«Everything he did for the community was motivated by his desire for social justice and service to others.» Carmen Marrero, wife of Wilfredo Rojas, is a board member of the National Homicide Justice Alliance.